Apego desorganizado ¿Qué es y en qué se caracteriza?

Apego desorganizado ¿Qué es y en qué se caracteriza?

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El estilo de apego que desarrollamos con nuestros principales cuidadores/as en la infancia influye de manera significativa en las relaciones afectivas que establecemos a lo largo de toda nuestra vida. El apego desorganizado, es un estilo de apego inseguro que puede desencadenar dificultades importantes en nuestros vínculos personales adultos.

A lo largo de este artículo explicaremos en qué consiste el estilo de apego desorganizado, cuáles son sus principales características y qué limitaciones puede conllevar en nuestras relaciones. Recordemos que identificar adecuadamente nuestro estilo de apego nos aporta información importante para nuestro autoconocimiento.

¿Qué es el tipo de apego?

Para poder entender qué es el estilo de apego desorganizado, es relevante tener una idea previa acerca de la teoría del apego. Según esta teoría, la calidad del apego establecido en la infancia tiene implicaciones para nuestro desarrollo posterior. Los niños con apego seguro tienden a mostrar mayor confianza, autoestima, capacidad de regulación emocional y habilidades sociales. Por el contrario, aquellos con apego inseguro pueden experimentar dificultades en estas áreas, siendo recomendable en estos casos la asistencia de un profesional de la psicología infantil.

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Como vemos, la forma de relacionarnos que aprendemos en la infancia en nuestros primeros vínculos, nos va a influir en cómo nos relacionamos con otras personas a lo largo de nuestra vida y en cómo atendemos a nuestras necesidades en la adultez.

En función de las características de estos primeros vínculos, se ha realizado una clasificación de cuatro principales tipos de apego: apego seguro, apego ansioso, apego evitativo y apego desorganizado. Los últimos tres tipos de apego son apegos inseguros y cada uno de ellos implica unas características y dificultades distintas. En este post nos centraremos en entender el apego de tipo desorganizado.

¿Qué es el estilo de apego desorganizado?

El apego desorganizado, dentro de la teoría del apego, se considera el tipo de apego con consecuencias más problemáticas. Se desarrolla especialmente en personas que han experimentado situaciones traumáticas o abuso. El vínculo entre el bebé y el cuidador resulta  especialmente amenazante porque el cuidador puede ser agresivo, violento y/o tiene conductas negligentes hacia el niño/a.

Lo que el niño/a aprende es que las personas que supuestamente le cuidan y quieren, son precisamente las que le maltratan. Como además el niño/a depende absolutamente del cuidador para sobrevivir, se ve obligado/a a mantenerse cerca de él soportando la agresión. Esto genera un desequilibrio interno muy fuerte y una sensación de inseguridad constante.

Por esta razón, el apego desorganizado se caracteriza principalmente por respuestas contradictorias y confusas en los niños/as hacia sus cuidadores/as principales. Este tipo de apego tiene este nombre  porque los cuidadores actúan de manera desorganizada y poco constante, mostrándose impredecibles para el niño/a.

Características del estilo de apego desorganizado

Los niños/as que desarrollan un apego desorganizado presentan diferentes tipos de problemas a nivel psicológico. A continuación, describiremos ciertas características que pueden llevarnos a pensar que un niño/a presenta este tipo de apego:

1. Miedo a las personas cuidadoras y culpa

Esta es una de las características más directas del maltrato. Los niños/as que han sido tratados con violencia o de forma negligente por adultos cercanos desarrollan miedo hacia ellos y desconfianza hacia cualquier persona que les cuide. Asocian la imagen de los cuidadores con malestar y tristeza. Además, es habitual que se culpen a sí mismos de todo lo que les ocurre, porque a veces esto es menos doloroso que aceptar que alguien a quien queremos no nos trata bien.

2. Aislamiento y desconexión de la realidad

Para soportar la realidad que les ha tocado vivir, un mecanismo que los niños/as con apego desorganizado desarrollan de manera habitual es la desconexión de la realidad, lo que desde la psicología se denomina disociación. Se trata de un mecanismo de defensa que nos protege ante situaciones traumáticas. Esto tiene consecuencias posteriores para la persona, tales como dificultades en las relaciones interpersonales y un mayor aislamiento.

3. Síntomas de ansiedad

Crecer o mantenerse mucho tiempo en un contexto peligroso o poco seguro para la persona genera que el organismo active el sistema de alerta de manera mantenida en el tiempo. A pesar de ser un mecanismo de defensa que protege a la persona, las consecuencias de ello son negativas. Por esta razón, las personas con apego desorganizado suelen presentar problemas de ansiedad.

4. Baja autoestima

En la mayoría de los casos, los niños/as con apego desorganizado tienen una idea de sí mismos/as muy negativa, puesto que no han contado con un contexto seguro de cuidados y afecto que les haya permitido sentirse queridos/as y aceptados/as incondicionalmente. Además, los sentimientos de culpa al pensar que el maltrato ocurre porque no son merecedores de cariño o por que haya algo malo en ellos/as, afecta de forma grave a su autoestima.

5. Percepción del mundo como un lugar hostil

Tener unas primeras experiencias vitales tan inseguras y dañinas, puede generar una sensación general de que el mundo es un lugar peligroso y poco seguro. Además, puede aparecer el miedo a que el resto de personas al margen de sus cuidadores tampoco sean personas de fiar. Por estos motivos, los niños/as con apego desorganizado pueden desarrollar diferentes miedos y verse limitados en el descubrimiento del mundo que les rodea.

6. Dificultades cognitivas

Otra característica importantes de los niños/as con apego desorganizado es que pueden presentar problemas cognitivos, como dificultades en la concentración, expresión verbal, memoria o atención. Esto se ve reflejado, en muchas ocasiones, en una afectación a su rendimiento académico y procesos de aprendizaje.

7. Conductas contradictorias

Debido a que los niños/as con apego desorganizado necesitan de sus cuidadores y les quieren, por un lado, muestran conductas de acercamiento buscando su cuidado y afecto, y, por otro lado, presentan conductas de evitación de estas personas debido al miedo que les generan también. Este es un funcionamiento muy contradictorio y desordenado que genera mucho malestar psicológico.

Apego desorganizado en la vida adulta

Como adultos, los niños/as con apego desorganizado serán personas que han aprendido que las relaciones afectivas son lugares de desconfianza, donde es posible que sean agredidos/as.  Aunque lo que anhelen y necesiten sea seguridad, tenderán a evitar la intimidad, a ser ambivalentes, a mostrar comportamientos difíciles de entender por otras personas y a permitir o incluso fomentar que haya agresividad dentro de la relación.

Por otro lado, presentarán dificultades con el establecimiento de límites y con el respeto de los límites de los demás. Recordemos que fueron niños/as que crecieron en ambientes donde no había respeto por lo que sentían, ni su espacio ni su integridad como persona. Como consecuencia, no han desarrollado adecuadamente la noción de respeto por los límites. Además, pueden mostrarse como personas inestables y poco predecibles, tal y como lo han sido sus cuidadores con ellos/as.

Por último, cabe señalar que como adultos algunos de los principales problemas psicológicos que pueden presentar son: síntomas de estrés postraumático por toda la violencia y negligencia recibida, problemas de autoestima, dificultades relacionales, problemas de gestión emocional, consumo de drogas o realización de conductas de riesgo, baja autoestima y mayor probabilidad de presentar síntomas depresivos y de ansiedad.

Conclusiones

A lo largo de este artículo, hemos explicado en qué consiste el apego desorganizado y señalado algunas de las consecuencias negativas que puede generar en las relaciones interpersonales adultas. Identificar nuestro tipo de apego puede ser muy útil ya que nos permite conocernos mejor y entender algunas de nuestras conductas y dificultades.

Además, conocer la teoría del apego nos ayuda a tratar de fomentar la seguridad en los vínculos, especialmente si somos padres, madres o cuidadores de menores, puesto que sabemos que el apego seguro brinda confianza a los niñas y niños. Además, refuerza su autoestima y promueve su autonomía para enfrentar el mundo.

Para las personas con apego desorganizado, el espacio de terapia psicológica puede ayudarles enormemente a reparar el daño vivido a lo largo de su vida y a trabajar la confianza en los demás en un contexto seguro. Contar con un espacio de seguridad sabiendo que no van a ser dañados/as puede ser muy reparador.

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Referencias bibliográficas:

Álvarez-Segura, M. y Saludas, F. L. (2022). Vías de desarrollo del apego desorganizado: maltrato y cuidados tempranos alterados. Revista de Psiquiatría Infanto-Juvenil, 39(2), 29-40.

Casullo, M. M. y Fernández Liporace, M. (2005). Evaluación de los estilos de apego en adultos. Anuario de investigaciones, 12, 183-192.

Delgado, A. O. y Oliva Delgado, A. (2004). Estado actual de la teoría del apego. Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente, 4(1), 65-81.

Lecannelier, F., Ascanio, L., Flores, F. y Hoffmann, M. (2011). Apego y psicopatología: Una revisión actualizada sobre los modelos etiológicos parentales del apego desorganizado. Terapia psicológica, 29(1), 107-116.

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autora del artículo

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Por Belén Ramos Gómez

PSICÓLOGA COLEGIADA M-37048

Belén Ramos Gómez (Sevilla, 1996) se graduó en Psicología por la UAM. Trabaja en la consulta privada desde 2019. Desde entonces, lleva formándose en diferentes ámbitos de la psicología: Máster en Psicología General Sanitaria (UAM), Máster en Psicología General Sanitaria (UAM), Formación en Terapia Gestalt (IPG), Teorías del apego y trauma, Formación en Duelo, Experta en Coaching y formaciones en perspectiva de género. Adicionalmente, tiene experiencia laboral en un recurso de adicciones, en un centro de menores y en acompañamientos a las infancias y adolescencias.

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