Apego emocional: ¿qué es y cómo evitarlo?

Apego emocional: Cómo construir vínculos sanos y evitar la dependencia

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Apego emocional: ¿qué es y cómo evitarlo?. Es muy importante saber de qué manera nos vinculamos cada cual con el resto de personas. En cada relación que establecemos generamos un vínculo, más o menos intenso, más o menos importante o más o menos sano. Cómo generamos ese vínculo y cómo lo desempeñamos va a ser la clave para que tengamos relaciones satisfactorias y sanas en nuestra vida.

El cariño, la amistad, el respeto o el amor son formas positivas de vincularnos con los demás. Sin embargo, también existen formas negativas de vincularnos, como, por ejemplo, desde la envidia, los celos o el control. A veces, ambas pueden convivir al mismo tiempo, pero, entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de apego emocional? ¿Es algo que debamos eliminar? ¿Si tenemos apego tenemos dependencia emocional? En este artículo te explicamos qué es el apego emocional y cómo diferenciarlo de la dependencia emocional y qué puedes hacer para vincularte de manera sana con tus relaciones, sean del tipo que sean: familiares, de pareja, de amistad, etc.

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¿Qué es el apego emocional?

Podemos definir el apego emocional como la forma de vincularnos con el resto de personas. Dichos vínculos, dependiendo del tipo de apego que se genere entre las partes, pueden ser sanos o no sanos. Entendemos que un vínculo es sano cuando no genera sufrimiento prolongado, muy intenso y profundo. Hemos de tener en cuenta que en cualquier relación podemos sufrir un poco, de lo contrario, estaríamos buscando desesperadamente la relación perfecta, algo que no existe y lo más seguro es que dejaríamos de vincularnos sanamente.

El apego emocional que desarrollamos puede ser seguro (apego seguro) o inseguro (dentro de este podemos encontrar de tres tipos: el apego ansioso, el evitativo y el desorganizado) y qué tipo de apego vamos a tener a lo largo de la vida y, en especial en la etapa adulta, va a tener mucho que ver con cómo nos críen desde que nacemos. Desde ese momento, como ya sabemos, somos esponjas y no paramos de aprender. Uno de los aspectos más importantes del aprendizaje es cómo nos relacionamos y los mensajes que nos transmiten, sobre todo, nuestras figuras de apego más relevantes (que suelen ser nuestros padres) en lo que ha relacionarse y vincularse se refiere. En suma, no se puede no tener apego y el tipo que se tenga tendrá su origen en los primeros años de vida.

Por otra parte, lo debemos diferenciar de la dependencia emocional. En consulta, a menudo nos encontramos con personas que se “autodiagnostican” de dependencia emocional solo porque, dentro de una relación que les importa, han sentido emociones tales como decepción, nostalgia, enfado o celos. Esto es lo más normal del mundo y en las relaciones es algo que va a pasar, es decir, van a surgir conflictos. Sin embargo, cuando esas emociones son muy constantes y hacemos cualquier cosa por no sentirlas o por no perder ese vínculo, ya hablamos de dependencia emocional. Esta, aunque mantengamos el vínculo a cualquier costa, genera muchísimo sufrimiento en ti y en los que están a tu alrededor. Por eso, a continuación, te damos algunas pautas que puedes llevar a cabo para evitar un apego emocional basado en la dependencia.

  • Quizá te interese: Conoce los diferentes tipos de apego y cómo influyen en tus relaciones emocionales.

Diferencias entre apego emocional y dependencia emocional

Cómo hemos visto, el apego emocional que desarrollamos puede ser seguro, es decir, es una forma natural y sana de vincularnos con los demás. Por otro lado, la dependencia emocional implica un desequilibrio que genera sufrimiento y miedo al abandono. El apego nos permite sentirnos seguros y disfrutar de relaciones cercanas, pero la dependencia nos lleva a necesitar la validación constante del otro.

La clave está en la libertad emocional. El apego sano nos deja ser nosotros mismos, mientras que la dependencia nos atrapa en la idea de que no podemos estar bien sin la otra persona. Reconocer esta diferencia es esencial para construir vínculos más equilibrados y satisfactorios.

En consulta, he trabajado con casos como el de Laura E.L., quien cancelaba planes con amigos y evitaba expresar sus opiniones por miedo a disgustar a su pareja. Laura creía que estos sacrificios eran una muestra de amor, cuando en realidad reflejaban dependencia emocional.

Si sientes que tu bienestar depende excesivamente de otra persona, dar el paso hacia la terapia con psicólogos especialistas en dependencia emocional puede ayudarte a fortalecer tu autoestima y mejorar la manera en la que te relacionas.

Consejos para evitar el apego emocional inseguro

A continuación describiré las claves para evitar el apego emocional:

1. Conoce tus límites

Como se suele decir, conocer es poder. Por eso, el autoconocimiento resulta un antídoto bastante eficaz para las estrategias de afrontamiento que tenemos. Saber qué puedes tolerar en una relación o, mejor dicho, qué estás dispuesto o dispuesta a tolerar es básico para conocer tus límites y que luego puedas ponerlos. A veces, en nuestros vínculos toleramos cosas que no nos convienen sencillamente porque no conocemos qué debemos permitir y qué no.

2. Establece límites saludables

De nada te sirve conocerlos si luego no vas a ponerlos. Esta puede ser la parte más difícil, especialmente, si no tienes la costumbre, dejando que los demás pasen por encima de ti, se aprovechen o, como se suele decir, des la mano y te cojan el brazo. Si nos cuesta ponerlos es por ese miedo a disgustar o perder a esa persona. Recuerda, que el apego emocional basado en la dependencia tira por tierra un apego basado en la seguridad, en el cariño o en el amor.

3. Regula tus emociones

Cuando, respecto a tus relaciones, sientas que echas de menos en exceso, notes celos o te enfades demasiado, por ejemplo, sé consciente de estas emociones y pregúntate sobre su origen. Una vez lo tengas, podrás distinguir si esa emoción tiene razón de ser o las sientes desde un tipo de apego emocional inseguro.

4. Abraza la soledad

Sobre todo, para las personas que cuentan con un apego emocional de tipo ansioso, lo que más les cuesta es estar a solas. No significa que no tengan a nadie, pero así tienden a interpretarlo. Por ello, buscan desesperadamente planes y no soportan quedarse sin ellos. Cuando se trabaja esta parte se dan cuenta de lo bonito que puede ser estar con ellas mismas y cómo la soledad también se disfruta. También, la incertidumbre es una emoción difícil de tolerar para este tipo de personas.

5. Valora el afecto sin dependencia

Por el contrario, las personas con apego emocional evitativo tienden a interpretar el interés y el cariño hacia ellos o ellas como que están invadiendo su espacio. Lo camuflan bajo el pretexto de que el tiempo a solas es importante, pero, en realidad, temen dar de más en sus vínculos y decepcionarse, entre otras cosas.

6. Responsabilízate de tus emociones

Cuando sufrimos en las relaciones pueden ocurrir que, o bien, nos responsabilizamos en demasía de nuestras emociones sin pedir explicaciones o responsabilidad afectiva a los demás, o bien, que echemos balones fuera, nos pongamos a la defensiva y hagamos culpables al resto de cómo nos sentimos. Junto con la regulación emocional, responsabilizarte de qué es tuyo y qué no, te ayudará a vincularte de manera más sana.

7. Ten claro qué buscas en las relaciones

Al igual que es importante saber qué no quieres y cuáles son tus límites, también lo es saber qué queremos de nuestras relaciones, qué deseamos aportar y qué deseamos que nos aporten. Muchas veces, esto se nos escapa porque pensamos que no tenemos la posibilidad de elegir, que nos tenemos que conformar con lo que nos toque. Esto también se mueve por el miedo a no encontrar a alguien mejor, pensando que “las migajas” es lo que nos merecemos.

8. Cambia tus creencias sobre las relaciones

En especial, en las relaciones de pareja, se nos han inculcado un montón de creencias y mitos sobre cómo tiene que funcionar el amor. Por ejemplo, no existe una media naranja, ni tú ni nadie es una mitad y no necesitas tener pareja para sentirte completo o completa. El amor no implica todo el sacrificio. Los seres humanos somos seres racionales con capacidad para distinguir cuándo un sacrificio merece la pena y cuándo no.

Conclusiones

La principal causa de tener un apego emocional inseguro suele ser una baja autoestima en la que no nos vemos merecedores del buen trato. Además, como ya hemos explicado tiene mucho que ver con cómo nos han tratado en nuestra infancia. Por eso, es algo que no se puede cambiar, el apego emocional es algo que necesitamos para la evolución. El ser humano es un ser co-dependiente de otros y necesita del apego para sobrevivir.

Que no se pueda cambiar no significa que no puedas hacer nada para que tus relaciones mejoren y que sufras menos a la hora de vincularte. Ir a terapia es un gran remedio para conocer cuál es tu tipo de apego y aprender nuevos patrones de conducta a la hora de relacionarte.

Con todo, no nos podemos ir sin recalcar que en tus relaciones has de sentir seguridad, estabilidad y calma. Si no, no tiene sentido que permanezcas ahí. Somos conscientes de que es difícil distinguir entre un tipo de apego emocional inseguro y la dependencia emocional. A veces, normalizamos conductas que son de maltrato psicológico de las personas con las que nos vinculamos y las justificamos con nuestro tipo de apego, cuando lo que estamos recibiendo en maltrato psicológico y es normal, por ende, que suframos. Para aprender a distinguir esto, también es muy importante que estés en un proceso terapéutico.

¿Buscas servicios de psicoterapia para mejorar tu apego emocional?

¿Sufres mucho en tus relaciones? ¿sientes que tus relaciones no son genuinas o que te cuesta vincularte? Puede ser que tengas un tipo de apego inseguro. Para estos casos, empezar a hacer terapia es esencial para notar una mejora. En Avance Psicólogos colaboramos con un equipo de psicólogos especializados en la dependencia emocional que pueden ayudarte. Te podemos ayudar a mejorar tu manera de vincularte y a tener relaciones más sanas.

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Referencias bibliográficas:

Yela, C., Piñuela, R., & Piñeiro, Y. (2022). EMRO: Una herramienta de evaluación de los mitos románticos. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación-e Avaliação Psicológica1(62), 137-153.

Zapiain, J. G., Ortiz, M. J., & Lope, J. G. (2011). Experiencia sexual, estilos de apego y tipos de cuidados en las relaciones de pareja. Anales de Psicología/Annals of Psychology27(2), 447-456.

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autora del artículo

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Por Brenda Ruano Bodemer

PSICÓLOGA SEXÓLOGA COLEGIADA M-34490

Brenda Ruano Bodemer (Madrid, 1993) se graduó en Psicología por la UCM. Trabaja en la consulta privada desde 2016. Desde entonces, lleva formándose en distintos ámbitos de la psicología: Máster en Sexología, educación sexual, asesoramiento y terapia sexual (UCJC, IUNIVES), Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad de Nebrija). Título en Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género (COP). Además de la consulta privada, ha trabajado en centros de día de adicciones y, actualmente, imparte talleres de Educación Sexual en institutos y da formación a profesores sobre Educación Sexual.

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