Cognición: ¿Qué es y cuáles son sus fundamentos?

Cognición: ¿Qué es y cuáles son sus fundamentos?

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La cognición es un ámbito muy complejo que ha sido estudiado por diferentes disciplinas: desde la Lingüística hasta la Ciencia Computacional, pasando por supuesto por la Psicología, que es la que aquí nos ocupa. En este artículo nos proponemos conocer un poco mejor cuáles son los principales procesos de la cognición, cómo pueden verse afectados y cómo pueden trabajarse.

Comenzaremos por una definición general de la cognición para pasar posteriormente a describir algunos de sus elementos implicados más relevantes, a saber: la percepción, la atención, la memoria, el lenguaje, el aprendizaje, el razonamiento, las funciones ejecutivas y la metacognición. Empecemos por la definición general.

Definición de cognición

En Psicología, por norma general, cuando hablamos de lo cognitivo estamos haciendo referencia a cualquier elemento que tiene que ver con el pensamiento: ideas, imágenes mentales, autoverbalizaciones, recuerdos, planes, etc. Es decir, todo aquello a lo que más coloquialmente solemos llamar “la mente”, ya sea lo que verbalizamos o lo que simplemente elaboramos a nivel interno, privado.

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Dependiendo del ámbito de trabajo, la cognición puede estudiarse por ejemplo a nivel conductual (los pensamientos que emitimos en respuesta a según qué estímulos), a nivel neuropsicológico (las bases biológicas y estructurales que subyacen a la capacidad para llevar a cabo ciertas funciones) o desde otras múltiples perspectivas.

Procesos implicados en la cognición

Existen diferentes clasificaciones de los procesos que forman parte de la cognición, pero en este caso hemos decidido enumerar los ocho que más frecuentemente se citan y que están más investigados. A continuación vamos a ver cada uno de ellos con mayor detenimiento.

1. La percepción

 La cognición no se da en un vacío; o sea, no pensamos a partir de la nada. Uno de los fundamentos más importantes de la cognición es la percepción, el proceso por el cual captamos los estímulos de nuestro entorno y de nuestro propio organismo.

Las vías de entrada de esta información son los sentidos (vista, oído, olfato, tacto y gusto), aunque también contamos con otros sistemas de percepción (como la propiocepción, la capacidad de detectar la posición y el movimiento de nuestro propio cuerpo). Por eso, cuando se evalúan procesos cognitivos relacionados con la percepción se tienen en cuenta capacidades como la habilidad visoespacial o la agudez auditiva.

2. La atención

Tanto a nivel externo (en nuestro entorno) como en el plano interno (nuestra experiencia subjetiva) hay muchos estímulos que se dan de manera simultánea y continua; por lo tanto, hay que filtrar para poder percibirlos correctamente. Como proceso de cognición y de conducta, la atención consiste en la concentración selectiva en determinados elementos de la información que estamos recibiendo.

En otras palabras, se trata de la capacidad que tenemos para seleccionar los estímulos relevantes y mantener el foco en ellos. Por ello, cuando la atención se ve alterada, es posble que tengamos la impresión de encontrarnos en un estado de “dispersión” y que no logremos realizar determinadas actividades.

3. La memoria

Este es otro de los procesos fundamentales. Sin memoria no puede haber aprendizaje, ni adquisición del lenguaje… la memoria nos permite almacenar información a corto y largo plazo, de manera más explícita y más implícita (más o menos consciente, por decirlo de otra manera) y por lo tanto es uno de los procesos más importantes de la cognición.

Hay que tener en cuenta que no es sólo la capacidad de formar y retener recuerdos, sino también la capacidad para recuperarlos. La memoria es uno de los procesos cognitivos que más fácilmente pueden verse mermados por la edad o por determinadas lesiones o condiciones neurológicas.

4. El lenguaje

La relación entre la cognición y el lenguaje es evidente. Cuando pensamos, la mayor parte del tiempo lo hacemos de manera verbal (es decir, como si fuese un “monólogo interno”). O sea, que las habilidades lingüísticas no son relevantes únicamente a nivel comunicativo entre personas; también lo son a nivel interno.

Si bien el lenguaje puede ser uno de los aspectos de la cognición que con mayor frecuencia da problemas durante su adquisición en la niñez, posteriormente es una de las que mejor se mantiene a lo largo de la vida, incluso en edades muy avanzadas.

5. El aprendizaje

De la misma manera que el concepto de cognición implica un complejo de procesos, el aprendizaje incluye desde la instauración de conductas simples (como retirar la mano cuando nos pinchamos con un objeto punzante o nos quemamos) hasta la adquisición de elementos conductuales, cognitivos y verbales mucho más complejos (como el perfeccionamiento de habilidades o la formación de actitudes y valores).

El aprendizaje es un proceso que está presente a lo largo de toda la vida; no sólo aprendemos de manera formal, como cuando estudiamos, sino que toda experiencia conlleva un aprendizaje. Así, estamos aprendiendo desde que nacemos hasta el momento mismo de nuestra muerte.

6. El razonamiento

 La mayoría de las personas, cuando piensan en lo que es la cognición, lo relacionan con la capacidad para razonar. Si bien la capacidad de razonamiento no constituye en sí misma todo lo que es la cognición, sí es uno de sus aspectos.

El razonamiento incluye aspectos del pensamiento como la lógica, que a su vez puede dividirse en tipos de pensamiento como el razonamiento deductivo o el razonamiento inductivo (es decir, la capacidad para elaborar conclusiones a partir de observaciones realizadas). Esta parte de la cognición se asocia frecuentemente al intelecto, por lo que suele evaluarse en las pruebas de cociente intelectual.

7. Las funciones ejecutivas

Este nombre tan poco intuitivo hace referencia a todo lo que está relacionado con la parte de la cognición que implica idear comportamientos para llevar a la práctica, dicho de otra forma, pensar sobre todo aquello que vamos a transformar en acciones.

De esta manera, las funciones ejecutivas incluyen procesos como la resolución de problemas, la planificación o la toma de decisiones. Estos procesos cognitivos son los que nos posibilitan actuar en dirección a un propósito, con el objetivo de adaptarnos al ambiente de la mejor manera posible. Estas habilidades van adquiriéndose gradualmente durante las primeras décadas de vida, y suelen sufrir cierto deterioro en edades avanzadas.

8. La metacognición

La cognición no incluye sólo el aprender, el recordar, el razonar, el planificar… también implica la capacidad para pensar sobre el propio pensamiento. La metacognición es el proceso que hace posible la autorreflexión, el ser conscientes de nuestros propios procesos cognitivos (lo que en otros ámbitos suele llamarse “introspección”).

Además, la metacognición (ser conscientes de nuestros propios pensamientos) también hace posible que seamos conscientes (o, al menos, intuyamos) los pensamientos de otras personas; esto es lo que se conoce como teoría de la mente, habilidad que puede verse afectada por determinadas condiciones como el espectro autista.

A modo de conclusión

Como ya hemos mencionado en el inicio del artículo, hay muchos procesos implicados en la cognición y diferentes maneras de clasificarlos. Por ejemplo, en esta lista no hemos incluido aspectos como la creatividad, ya que no siempre se tiene en cuenta al mismo nivel que los otros que hemos listado, aunque sí está relacionada con algunos de ellos y algunas pruebas cognitivas la incluyen como objeto de evaluación.

Lo que aquí se pretende enfatizar es que nuestros procesos cognitivos están con frecuencia relacionados entre sí y que nos permiten adaptarnos a nuestro ambiente de la mejor manera posible, y es por ello muy importante cuidar de su buen funcionamiento utilizando las herramientas de evaluación y estimulación adecuadas.

Cómo trabajar la cognición en terapia

 Dependiendo de la edad, el nivel educativo, la presencia o ausencia de dificultades orgánicas o psicológicas… existen diferentes problemáticas que pueden afectar a la cognición. Algunos tipos de neurodivergencia, condiciones como las demencias, diagnnósticos como el TDAH o los trastornos psicóticos son susceptibles de recibir tratamiento por parte de profesionales de diferentes especialidades: Neuropsicología, Logopedia, Psicología infanto-juvenil y un largo etcétera. A veces, simplemente nos “dan guerra” algunos de estos elementos (como los pensamientos intrusivos), lo cual puede manejarse con tratamientos como la Terapia de Conducta, la Terapia Cognitivo Conductual o las Terapias de Tercera Generación.

Si has encontrado este artículo es posible que sea porque tienes algún tipo de interés en cómo la terapia psicológica puede ayudar a trabajar cuestiones relacionadas con la cognición. Si es este tu caso, te invitamos a conocer los servicios que desde Avance Psicólogos te ofertamos en nuestra web. En caso de que necesites orientación psicológica o psiquiátrica tanto online como presencial en nuestros centros de psicología en Madrid, puedes consultar con nuestro personal para recibir más información sobre nuestras terapias.

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Referencias bibliográficas:

Freré, J. S. y cols. (2022). La percepción, la cognición y la interactividad. Revista Científica Mundo de la Investigación y el Conocimiento, 6(2), 151-159.

García, J. A. (2018). Cognición y desarrollo. Revista de Psicología, 14(27), 7-24.

Murman, D. L. (2015). The Impact of Age on Cognition. Seminars in Hearing, 36(3), 111-121.

Otáloraa, Y. (2019). El Análisis Cognitivo de Tareas como estrategia metodológica para comprender y explicar la cognición humana. Universitas Psychologica, 18(3), 1-12.

Sandi, C. (2013). Stress and cognition. Wiley interdisciplinary reviews: Cognitive science, 4, 245-261.

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autora del artículo

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Por Andrea Martínez Fernández

PSICÓLOGA - SEXÓLOGA COLEGIADA M-28412

Andrea Martínez es licenciada en Psicología por la Universidad de Deusto. Posee un Máster en Psicología Clínica Basada en la Evidencia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Salud Sexual y Psicología Clínica por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Especialista en Terapias Contextuales (ACT, FAP y técnicas Mindfulness) por el Madrid Institute of Contextual Psychology. También se ha formado en Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género por el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Desde 2019 forma parte del equipo colaborador de Avance Psicólogos ofreciendo terapia psicológica, sexológica y de pareja con perspectiva de género. Además, ejerce como divulgadora y formadora en varias plataformas relacionadas con la Educación Sexual.

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