Un divorcio no es plato de buen gusto, puesto que puede convertirse en algo complejo y emocionalmente difícil de gestionar. Y, si en los adultos deviene una situación complicada, no digamos para los hijos de la pareja que se divorcia.
Los niños cuyos padres se divorcian deben afrontar un cambio de realidad brusca, que implica que las dos figuras de referencia y de apego no estarán ya en la misma casa. Relacionado con ello, la rutina (tan necesaria para la salud emocional de los niños) también cambiará, y tendrán que adaptarse a la nueva realidad. Detengámonos en estos efectos psicológicos que un divorcio puede ocasionar a los niños y en que casos es recomen. En estos casos, la asistencia profesional especializada en terapia infantil puede ser crucial para ayudarles a manejar estos efectos psicológicos. Detengámonos en estos efectos psicológicos que un divorcio puede ocasionar a los niños.
Índice
¿Cuáles son los efectos psicológicos del divorcio paterno en los niños?
Primero, es necesario destacar que cada niño tendrá una respuesta distinta ante la misma situación. Las variables que determinan la reacción en cuestión dependerán de varios factores, como el apoyo con el que cuente el niño, su personalidad y el tipo de relación que mantenga con sus padres.
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Algunos aspectos de índole psicológica para considerar
La “rotura” de la estructura de familia que al niño le aportaba seguridad puede causarle una fuerte angustia. Los síntomas pueden variar; desde manifestaciones depresivas hasta ansiedad e inquietud.
También hay que tener en cuenta posibles cambios en la conducta del niño. Un ejemplo claro es la famosa “rebeldía”, que puede llegar a convertirse en agresividad. Por el contrario, otros niños pueden manifestar retraimiento y comenzar a aislarse. Tanto una conducta como otra no dejan de ser mecanismos de defensa del niño ante la incertidumbre.
El cambio en la rutina y las distracciones que puede conllevar el estar pensando en la situación puede afectar al rendimiento académico, sin olvidar que, a menudo, los niños ven la separación como una “batalla” en la que deben tomar posición: o bien con un progenitor, o bien con el otro.
Por último, no se deben descartar posibles perjuicios en la autoestima y la autopercepción, además de que, una vez adultos, los niños que han pasado por esta situación pueden desarrollar una inseguridad hacia las relaciones que les dificulte enormemente mantener una relación sana.
El síndrome de estrés postraumático es otro de los efectos negativos que un divorcio paterno puede ocasionar en los niños. Se trata de un trastorno que se genera a raíz de una experiencia vivida por el sujeto como traumática, y que ocasiona ciertas dificultades en el día a día.
¿Cuál es el trabajo psicológico con los niños que han vivido un divorcio paterno?
Una terapia adecuada puede tener efectos muy beneficiosos en los niños que están viviendo un episodio de divorcio paterno, pues les brinda las herramientas y la seguridad necesarias para hacer frente a los cambios. Es importante que esta intervención sea temprana y constante, para que el niño viva de forma sana su nueva situación.
A continuación, te resumimos algunos aspectos claves en este tipo de terapia:
1. Evaluación de la situación
Es crucial para establecer de qué manera ha impactado en el niño o la niña el divorcio. Tras ello, es necesario dar un espacio que el menor perciba como seguro, con el objetivo de que se exprese libremente.
2. Terapia de tipo individual
Se trata de una modalidad que ofrece terapia al menor de forma individual. Se centra en la emocionalidad del niño y en sus necesidades, para lo que se trabaja el manejo y la gestión de las emociones que se asocian al divorcio paterno.
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3. Terapia de tipo familiar
En este caso, es una terapia dirigida a la familia; es decir, a los niños y a sus progenitores.
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4. Apoyar al menor en los cambios
El apoyo no sólo es escuchar al niño y orientarlo emocionalmente, sino que también consiste en darle herramientas para gestionar la inquietud provocada por el cambio de su situación.
5. Apoyar a los progenitores
No sólo el niño debe ser apoyado; también sus padres deben recibir el apoyo adecuado por parte del terapeuta, con el objetivo de que tengan una guía para entender qué necesita su hijo/a.
6. Potenciar las estrategias de afrontamiento
Es una de las principales misiones del terapeuta: ayudar al menor a desarrollar sus propias habilidades para afrontar la situación, con el objetivo de que pueda hacerlo de forma sana y fomente así su resiliencia.
7. Coordinarse con los profesionales
Es muy recomendable que el terapeuta trabaje con los mediadores y los abogados del caso, para crear así un equipo enfocado en el bienestar emocional del menor.
¿Y qué pueden hacer los padres para gestionar la situación con sus hijos?
No sólo los hijos pueden sentirse desorientados en un caso de divorcio, sino también los padres. La inquietud de que algunas de las decisiones sean perjudiciales para sus hijos puede acarrearles ansiedad y estrés. A continuación, exponemos algunos consejos que pueden ayudarte a llevar el proceso de forma sana, tanto para ti como para tu hijo/a.
1. Comunicación
Debe ser establecida desde el minuto cero, es decir, desde que se comunica a los hijos la decisión de separarse. Es importante que ellos hablen con libertad y puedan expresarse, en un marco de seguridad y comprensión.
2. Evitar discusiones delante de los menores
Las discusiones delante de los hijos deben evitarse a toda costa, puesto que sólo harán que aumente su inquietud. Recordemos que el niño puede sentirse impelido a “tomar partido” por uno u otro, y eso es algo muy perjudicial para su bienestar emocional. Por tanto, los conflictos deben solucionarse cuando el menor no esté presente.
3. Sentirse queridos
Los niños deben sentir que los dos progenitores los aman, y no pueden tener ninguna duda acerca de ello. Es importante hacerles ver que, a pesar de que sus padres ya no están juntos, cada uno seguirá queriéndolos igualmente.
4. Mantener la rutina en la medida de lo posible
Las rutinas son importantísimas para el bienestar psicológico de los niños, por lo que es necesario mantenerlas en la medida de lo posible. Esto facilitará su adaptación a la nueva situación.
5. Coordinación entre ambos progenitores
Es importante que los dos estén coordinados, especialmente a la hora de tomar decisiones acerca del bienestar del niño.
6. Apoyo externo
Los amigos y el resto de los familiares pueden ser un apoyo fundamental para que el niño no se sienta solo. Y, por supuesto, el apoyo de un profesional de la salud mental resulta crucial en el proceso.
7. Participación conjunta en eventos sociales
También en la medida de lo posible, es recomendable que ambos progenitores acudan a los eventos relacionados con el niño (cumpleaños, festivales del colegio, etc.).
8. Autocuidado
Los padres deberán también hacer hincapié en el autocuidado, pues necesitan estar fuertes mental y emocionalmente por el bien de su hijo.
¿Tu hijo necesita ayuda profesional?
Si tu hijo o hija se está enfrentando a los efectos psicológicos del divorcio paterno, estamos aquí para ayudarte. Nuestro centro de psicología en Madrid se dedica a ofrecerte un espacio seguro y profesional para que tus hijos puedan progresar y alcanzar un equilibrio emocional que necesitan.
Con nuestro equipo colaborador de psicólogos infantiles, te acompañaremos en cada paso, ofreciéndole a tu hijo o hija las herramientas y el apoyo constante que necesitan para que puedan lograr una adaptación saludable y construir un futuro mejor.
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Referencias bibliográficas:
Amato, Paul (2010). Research on Divorce: Continuing Trends and New Developments. Journal of Marriage & Family, 72(3): 650-666.
Anderson J. The impact of family structure on the health of children: Effects of divorce. Linacre Q. 2014 Nov;81(4):378-87.