Es muy frecuente que se confunda el trastorno bipolar con un trastorno de personalidad. Hablamos de que alguien puede ser bipolar cuando tiene cambios repentinos de humor y decimos que a esa persona le cambia la personalidad, que parece otra persona y que, por tanto, “es bipolar”. Sin embargo, el trastorno bipolar no va de cambios en la personalidad o en la forma de ser de un momento a otro, sino cambios del estado de ánimo. Dichos cambios son duraderos en el tiempo (de al menos unos días) y se pueden caracterizar por tener etapas de euforia, verborrea, etapas de irritabilidad o etapas en las que la persona se siente muy deprimida y apagada. Esto es lo que puede ser un episodio maniaco, un episodio hipomaniaco o episodios o etapas de depresión.
Es este artículo queremos hablar más concretamente del episodio maniaco, qué es y cuáles son sus síntomas. Además, hablaremos de las diferencias entre la manía y la hipomanía y qué podemos hacer ante un episodio hipomaniaco y cómo ayudar a alguien que lo está sufriendo, así como de la importancia de la consciencia del trastorno y una buena psicoeducación.
Índice
¿Qué es un episodio hipomaniaco?
Un episodio hipomaniaco se puede presentar dentro de ciertos trastornos que se clasifican dentro de los trastornos que tienen que ver con el estado de ánimo. Algunos de esos trastornos son la depresión y sus tipos y el trastorno bipolar y sus tipos. El episodio hipomaniaco entra dentro del trastorno bipolar (tipo II).
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El episodio hipomaniaco se caracteriza por tener un estado de ánimo elevado e irritable. Este cambio del estado de ánimo es muy evidente, ya que la persona se suele encontrar normalmente deprimida. Esto hace que la gente de alrededor de la persona deje de preocuparse porque lo que perciben es que la persona está algo mejor, dado que ya no está deprimida, se la ve con energía y alegre, aunque tienda a distraerse con facilidad o que, incluso, pueda llegar a ser un poco irritante. Sin embargo, el peligro que corre esa persona es el de pasar a un episodio maniaco, característico del trastorno bipolar tipo I. Existen estudios que dictan que entre un 5% y un 15% de persona que desarrollan un episodio hipomaniaco acabarán en maniaco.
Un episodio hipomaniaco comienza de forma brusca en uno o dos días y tiene, al menos, cuatro días de duración. Es importante conocer los síntomas, en especial, si la persona ya está diagnosticada de trastorno bipolar. Si no es así, hacernos cargo de nuestra salud mental será vital para prevenir posibles consecuencias, es decir, ante cualquier síntoma que consideremos anormal, informarnos y consultar con profesionales de la salud mental.
Síntomas de un episodio hipomaniaco.
Un episodio hipomaniaco se puede detectar porque se caracteriza por los siguientes síntomas:
- Parece que la persona tiene una autoestima muy elevada y tiene pensamientos y sentimientos irreales de grandiosidad.
- Disminuye sus horas de sueño. Siente que ha descansado mucho con pocas horas de sueño. Necesita pocas horas para recuperar la energía.
- Comienza a hablar mucho, tiene verborrea y tiene el pensamiento muy acelerado y lo que se llaman fuga de ideas.
- Se distrae fácilmente. Por ejemplo, durante una conversación cambia de un tema a otro ante determinados estímulos.
- Aumenta su actividad, comienza a centrarse en alcanzar objetivos personales.
- Se implica mucho en actividades placenteras que pueden tener consecuencias graves (ej.: salir de compras).
Diferencias entre un episodio maniaco y un episodio hipomaniaco.
A diferencia de la manía un episodio hipomaniaco no es lo suficientemente grave para impedir que la persona sea funcional en aspectos de su vida como la social o la laboral y no requiere de hospitalización.
Durante el episodio hipomaniaco no hay ideas delirantes (no confundir con los pensamientos de grandiosidad), en cambio, en la manía sí las hay y también puede haber alucinaciones. En la manía existen los mismos síntomas que en la hipomanía, pero la primera es más grave y dura más, pudiendo generar consecuencias graves en la vida de la persona, tanto a nivel social y familiar, como laboral. Por lo general, el episodio hipomaniaco es menos grave.
¿Qué hacer ante un posible episodio hipomaniaco?
No obstante, aunque sea menos grave, si creemos que una persona puede estar en un episodio hipomaniaco es importante estar pendientes, ya que puede pasar de la hipomanía a la manía. Para ello, será esencial conocer en qué consiste el trastorno bipolar y el episodio maníaco e hipomaníaco, cuáles son las diferencias y cuándo puede surgir. Informarnos en fuentes fidedignas es de los primeros pasos que podemos dar para ayudar.
Si sospechamos que la persona puede estar en un episodio hipomaniaco es recomendable pasar tiempo con esa persona. Va a disponer de mucha energía, por lo que realizar con ella alguna actividad física, como salir a pasear, puede ser de gran ayuda. Así, además, aunque los síntomas de la hipomanía son egosintónicos, fomentamos que la persona no se sienta sola y desamparada.
En su verborrea, deberemos responder a sus preguntas y comentarios con honestidad, pero sin ánimo de discutir, solo no pintarle una realidad que no es como la persona piensa. Tampoco debemos tomarnos sus comentarios como algo personal, ya que durante el episodio hipomaniaco dice y hace cosas que no haría de normal. Si no puede, es mejor alejarse para evitar discutir.
Por otro lado, aunque la actividad física puede ayudar no deberemos implicarle en actividades que el estimulen más, como actividades ruidosas. Como tiene mucha energía, la persona con el episodio hipomaniaco puede querer descansar brevemente o echarse una siesta corta. Es importante que tenga una buena higiene del sueño.
Ante todo, lo más importante es poner al tanto a un profesional de la salud, sobre todo, si la persona ya está diagnosticada y puede tener un seguimiento de su médico. En caso de duda de poder estar ante un episodio maniaco lo mejor es acudir a urgencias.
Con todo, la persona con trastorno bipolar de cualquier tipo no está teniendo alucinaciones o está “fuera de sí”. Lo mejor es que la persona sea consciente del problema que tiene y que se le enseñe a identificar los síntomas internos que pueden indicar que está entrando en un episodio hipomaniaco o depresivo para que pueda saber qué tiene que hacer y/o pedir ayuda.
Conclusiones…
En resumen, debemos desatacarla importancia de tener un diagnóstico preciso sobre el trastorno bipolar y de qué tipo se trata. El o la psiquiatra que lo haga debe hacer una evaluación minuciosa. No obstante, un episodio hipomaniaco o maniaco no suele aparecer por primera vez hasta los 20-30 años. A estos cambios de ánimo les suele preceder episodios de depresión. Por eso, es importante que tanto quien lo sufre como la personas que están a su alrededor conozcan bien el problema y se tenga mucha conciencia sobre la enfermedad que tiene.
Con un buen diagnóstico, una adecuada psicoeducación sobre el trastorno bipolar, una terapia psicológica de seguimiento y un tratamiento psiquiátrico especializado, al trastorno bipolar se le puede aplicar un tratamiento con buen pronóstico si hay adherencia a él.
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