La escucha activa es una estrategia de comunicación cuyo punto principal es prestar atención al otro para conseguir que el que está expresándose se sienta escuchado y comprendido por el oyente.
Cuando el interlocutor se siente tan acogido en la conversación empieza a sincerarse, haciéndose más probable que se coopere y se encuentre una solución al problema que le acontece además de crear una relación más profunda y satisfactoria con la persona que le escucha.
La escucha activa, concretamente, se puede definir como un conjunto de comportamientos que hace el oyente para optimizar la escucha a través de la concentración y del feedback.
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Índice
¿ Porqué es tan importante la escucha activa?
Escuchar activamente es muy necesario en ámbitos terapéuticos, de negociación e incluso de venta pero también en el día a día de las relaciones con las personas con las que compartimos nuestro tiempo.
Aprender 10 claves para mejorarla en tu comunicación puede abrirte muchas puertas ya que se mejora en dos aspectos centrales:
- Mejoras la relación con tus seres queridos: Es importante para tener buenas relaciones con los demás conseguir que se sienten a contarte lo que les preocupa y promover un ambiente donde tengan en cuenta tu opinión. Cuando hay una buena comunicación entre dos personas es más probable que quieran estar juntas y se busquen mutuamente para compartir su día a día. Es de especial utilidad para comunicarnos con la pareja dónde hay tantas emociones que se puede nublar la conversación. Con los hijos adolescentes es imprescindible porque están más cerrados que nunca y conseguir acceder a ellos solo se consigue con buenas estrategias de escucha activa. Solo de esta manera se puede conseguir un canal de comunicación que nos permita seguir a su lado en esos momentos de tanta desconexión con los adultos.
- Consigues objetivos personales a partir de que cooperen contigo : dicen que las personas de más éxito lo han logrado más por sus relaciones sociales que por sus habilidades intelectuales. Conseguir una buena escucha en los demás les anima a cooperar contigo y esto puede influir muy positivamente en que te tengan en cuenta en ámbitos laborales y para ayudarte en proyectos que necesiten de la colaboración del otro.
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Mejorar tu escucha activa requiere esfuerzo y trabajo
El ser humano no está programado para escuchar de manera activa, casi todas las personas encuentran muy reforzarte y agradable hablar de sí mismos en una conversación y esto hace que sea más difícil atender al otro. Mejorar la escucha activa en tu conversación requiere de esfuerzo y trabajo, muchas veces habrá que “tragarse” las ganas de intervenir para seguir con esta apertura a la escucha.
La práctica de esta habilidad es también muy importante, cuantas más oportunidades de práctica tengas conseguirás ser más experto en las claves que te daremos a continuación y tu nivel de escucha activa será cada vez más eficaz.
Un consejo para aprender estas 10 claves de escucha activa es observar cómo lo hacen los otros. Esta estrategia es un arma importante para conseguir ser un experto en escucha activa. Fíjate en alguna persona que te parezca que escucha bien y obsérvale durante un tiempo, encontrarás claves interesantes a imitar. Los seres humanos aprendemos muchas cosas por imitación y observar a otros nos va a ayudar a aprender de manera rápida y eficiente muchas habilidades, entre ellas la escucha activa.
Vamos a desgranar algunas claves para ayudarte a mejorar tu escucha activa:
10 claves para mejorar tu comunicación gracias a la escucha activa
1.Atento al lenguaje no verbal
Es importante que no no fijemos sólo en el mensaje verbal que nos da la persona que nos cuenta algo. Con sus palabras puede estar contándonos algo pero su lenguaje no verbal puede estar indicando otra cosa. Para escuchar activamente a alguien necesitamos fijarnos en todo para poder recoger toda su experiencia y actuar en consonancia.
El lenguaje no verbal de la persona que escucha también es de vital importancia. La cara debe ser cordial, mostrando tranquilidad y una leve sonrisa. La postura corporal debe ser abierta hacia esa persona, sin los brazos cruzados y el contacto visual siempre tiene que estar en la persona que te habla. Es importante ir moviendo la cabeza con gestos de asentimiento y adecuar la cara a las cosas que nos van contando. Con estos pequeños detalles corporales se crea un ambiente que va a invitar a la persona a contar de una manera abierta.
Parafrasea: Repite de vez en cuando algunas frases resumen de cosas que te ha ido contando. Esto le da a entender a la otra persona que estamos atentos y nos interesa su historia. Es importante que digamos lo que hemos entendido y resumamos pero usando nuestras propias palabras en un intento de reelaborar lo que estamos escuchando.
En este punto también es interesante que saques a colación alguna información que tienes de esa persona si la has visto anteriormente. Comentar algo que te contó previamente aumenta la conexión entre los dos
2.No hagas juicios de lo que te están contando
Constantemente esfuérzate por no emitir juicios aunque algunas cosas de las que te cuenten sean perspectivas con las que no estes de acuerdo o te parezcan incorrectas.
Concéntrate en la idea de que cada persona tiene una historia que explica cómo entiende el mundo y esta historia puede ser muy diferente a la tuya. Un mismo hecho se puede interpretar de manera diferente desde su perspectiva y es igual de válida que la tuya. Incluso en las veces que choca frontalmente con nuestra manera de pensar hay que dar tiempo para seguir escuchando abiertamente. Conectar con esta idea ayuda a no caer en juicios precipitados y poder seguir concentrado con una actitud abierta a lo que nos cuentan.
Que la persona no se sienta juzgada va a ayudar a que cada vez te cuente cosas más íntimas e incluso que pudieran darle vergüenza y así conseguir grados más altos de intimidad.
3.Espera para contestar y luego espera aún más
Siempre que nos cuentan algo ya tenemos ideas para aportar y ejemplos propios para ilustrar lo que haríamos nosotros pero es necesario que esas intervenciones esperen bastante tiempo.
Para mejorar tu escucha activa debes empezar a notar tus ganas de intervenir y esperar sin decir nada. Observar cómo la mente quiere dejar su opinión y optar, en cambio, por “tragarla”. Cuando creas que ya has esperado nuestra recomendación es que esperes aún más, los vacíos o silencios son una arma muy buena para que la persona continúe y profundice.
Este nivel sólo se consigue con paciencia y evitando entrar muy rápido a intervenir en la conversación.
4.Evita dar consejos
Una vez creamos que es momento de intervenir evita dar consejos. Las personas normalmente nos expresamos para desahogarnos. Una vez conseguido ese objetivo solemos querer encontrar por nosotros mismos la solución al problema y no escuchar directamente del otro lo que deberíamos hacer. Incluso puede resultar molesto que alguien rápidamente nos corte para “aleccionarnos” en lo que deberíamos hacer. Esto suele cortar la comunicación e incluso crear un conflicto abierto y generar mal ambiente.
Una persona que no escucha activamente está más preocupada por dar soluciones que por entender las necesidades del otro cayendo en este error.
Nuestro consejo es que esperes a que haya acabado de contarlo todo y luego te guíes por preguntas que le ayuden a conectar con lo que quiere hacer como: ¿ y que has pensado que podría mejorar la situación? ¿ que has hecho otras veces en estos casos? ¿ que tal ha ido las otras veces con esas estrategias? ¿ crees que yo te puedo ayudar en algo?.
Estas cuestiones ayudan a la persona a conectar con su intuición y con su propia brújula para llegar a la solución.
Después de las preguntas y en este punto de escucha activa es probable que la persona nos pregunte qué haríamos nosotros y ahí podemos aportar nuestra opinión que será infinitamente más escuchada que si la damos desde el primer momento.
5.Valida sus emociones e intenta ponerte en su piel
Es muy importante reconocer y hacer explícito cómo se debe estar sintiendo la persona con lo que nos cuenta. Es interesante acompañar de frases como “Supongo que esto te hace sentir enfadado/triste/decepcionado” “yo en tu piel me sentiría de tal manera” “ estas situaciones son muy desagradables y es normal que te afecten”.
6.Buscar una conversación más pausada y respetar los silencios
Es recomendable que hablemos más despacio de lo que solemos hacer. Las conversaciones más íntimas e importantes suelen darse en entornos de tranquilidad donde el silencio y la calma reinan el momento. Puedes ayudar a que la conversación vaya más lenta con frases como “¿puedes contarme eso más en detalle?”
En la línea del anterior es importante hacer mención especial a que un buen oyente activo es aquel que sabe respetar los silencios del que cuenta. Muchas veces estos espacios de silencio preceden a contar cosas que nos cuestan y, si los llenamos con nuestras palabras, el otro se puede cortar y no contarnos algo importante.
8.Fíjate en lo que está sintiendo más que en lo que está diciendo
Está clave requiere de un poco más de práctica. Normalmente las personas hablamos de las cosas de una manera que, a veces, no reflejan la emoción real que estamos sintiendo. Es como si se mostrara una emoción más superficial porque se nos hace duro mostrar lo que realmente nos pasa.
Esto ocurre mucho con el enfado, normalmente una persona que nos está mostrando enfado en realidad lo que tiene debajo es tristeza, frustración o culpa. Intenta llegar a esa emoción más primaria y eso te ayudará a entender mejor lo que le está pasando y poder responder de acuerdo a eso.
9.Haz referencia a cómo se siente con lo que cuenta
En la línea de lo anterior hay que poner especial interés en que la persona que nos está contando algo vea que validamos sus sentimientos con respecto a la historia. La mayoría de las veces cuando contamos algo que nos ha pasado lo hacemos para que la otra persona nos comprenda y nos “de la razón” de cómo nos sentimos o como hemos actuado.
Escuchar activamente no quiere decir que tenemos que decir que nos parece maravilloso todo lo que nos cuenten pero sí validar cualquier sentimiento que la persona tenga al respecto. Independientemente de que no nos parezca bien como ha actuado es interesante que se sienta validado en todo lo que sintió.
Cuando se ha creado un ambiente donde la persona se siente escuchada es un buen momento para explicar que nosotros habríamos actuado de otra manera o dar los consejos más correctivos.
Este punto es especialmente importante con adolescentes porque normalmente los joevenes sienten que sus padres en seguida les regañan y no les entienden. Esto es en parte porque los padres ven la mala gestión que está haciendo su hijo de la situación y van muy rápidamente a dar consejos sin pasar por la parte de escucha y de validación de cómo se sienten.
Algunas frases que te pueden ayudar en este punto son: “¿ y eso como te ha hecho sentir?” “Imagino lo duro que tiene que haber sido estar ahí en ese momento” “ En esos momentos supongo que es difícil reaccionar. ¿ cómo has hecho tú?”
10.Refuerza el hecho de que os estéis comunicando
Durante la conversación y sobre todo al final es interesante decir que nos ha gustado hablar de ese tema con esa persona.
Algunas frases que puedes utilizar son : “me ha gustado mucho que habláramos así” “ me ha encantado conocer esa parte de ti” “ da gusto hablar contigo de estas cosas”.
Los beneficios más importantes de la escucha activa
Estas son las distintas aportaciones beneficiosas que la escucha activa ofrece en el ámbito de las relaciones personales y la comunicación.
1. Hace que la otra persona se explaye más
Al sentirse escuchada, la otra persona experimenta un mayor nivel de satisfacción al expresarse, por lo que se abre más a su interlocutor o interlocutora. Esto hace que la escucha activa potencie la asertividad, al animar a las personas a decir lo que creen que merece ser dicho, por lo que se producen menos bloqueos de comunicación.
2. Permite reconfigurar pensamientos negativos sobre la otra persona
Una actitud asertiva en la comunicación tiene que ver con la falta de juicios de valor hacia otras personas y también hacia nosotros mismos. En este sentido, la escucha activa permite ir más allá de la superficie al conocer a alguien, planteándonos lo que creíamos saber acerca de esa persona al profundizar más en sus preocupaciones, inquietudes y manera de ser, al animarla a expresarse.
3. Lleva a estados de ánimo calmados
La escucha activa tiene también mucho que ver con saber guardar la calma y aprender a adoptar un rol de apoyo a quien está hablando. Esto, a su vez, hace que la otra persona no se sienta presionada a terminar de hablar rápidamente, ya que se le está haciendo saber que en ese momento lleva las riendas de la conversación.
En este sentido, este elemento comunicativo predispone a las personas a no perder los nervios, a esperar al turno del otro y a aprovechar bien nuestro turno de palabra, sin estresarnos de formas innecesarias.
4. Ayuda a ser empático
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y en el ámbito de la comunicación también significa identificar lo que el otro quiere decirnos o lo que el otro quiere de nosotros.
Así, la escucha activa, al fomentar que las conversaciones puedan extenderse todo lo necesario para conectar con el otro y comprender de verdad qué quiere decir, hace posible que se empatice más, conociendo no solo el punto de vista del otro en un sentido puramente intelectual, sino también emocional.
Algunas ideas relacionadas con la empatía son el respeto y la voluntad de atender en todo momento al otro, elementos relacionados también con la asertividad.
5. Ayuda a matizar malentendidos sin interrumpir
Tal y como hemos adelantado, en la escucha activa se pueden utilizar palabras, frases cortas o exclamaciones y gestos de la cara para expresar ideas sencillas en cuestión de un par de segundos o fracciones de segundo, sin llegar a interrumpir. Esto hace que la otra persona tenga información relevante acerca de nuestro estado mental en tiempo real, sin llegar a verse interrumpida, de manera que puede decidir sobre la marcha si merece la pena matizar algo de lo que ha dicho o explayarse más acerca de algo que debe ser aclarado.
6. Nos muestra nuestro valor como interlocutores
El hecho de producir comodidad, sentimiento de apoyo y bienestar general en las personas con las que hablamos también influye psicológicamente en nosotros; nos muestra nuestro valor como personas con las que es fácil hablar, con las que los demás se sienten escuchados. Por eso, de manera indirecta, la escucha activa refuerza nuestra autoestima a medio y largo plazo, y nos predispone a socializar más y mejor, desde una actitud positiva.
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Referencias bibliográficas:
Estanqueiro, A. (2006). Principios de comunicación interpersonal: para saber tratar con las personas. Madrid: Narcea Ediciones.
Marshall, A. (2021). What is Active Listening?. Mental Health Matters.