¿Qué significa tener miedo a la vida? ¿Es tener miedo a la vida un deseo de no vivir? ¿De qué habla la psicología cuando habla del miedo a vivir? No se trata simplemente de un síntoma que se haya de erradicar con la terapia psicológica, sin embargo, supone una fuente de sufrimiento para muchas personas y quienes lo sufren, lo pueden manifestar desde el miedo al fracaso, a la incertidumbre o al rechazo; situaciones que, al fin y al cabo, aunque desagradables forman parte de la vida de cualquiera.
Todas las personas hemos vivido momentos los que nos han rechazado, hemos experimentado una inmensa incertidumbre que nos ha agobiado o hemos perdido oportunidades por miedo a que las cosas no salieran bien. Pero ¿qué pasa cuando todo esto nos provoca miedo a vivir y, por ende, nos impide vivir? En este artículo, te contamos cuáles pueden ser las causas del miedo a vivir y qué puedes hacer si sientes que te puede estar ocurriendo esto.
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Índice
¿Qué es el miedo a vivir?
Cuando hablamos del miedo a vivir es una experiencia humana por la cual podemos pasar todas las personas en algún momento de nuestra vida. Puede ser una reacción natural que tengamos ante la adversidad, pero sobre todo, cuando nos sentimos responsables de ser alguien libre y autónomo, que tenemos que tomar decisiones propias y hacernos cargo de nuestro bienestar.
De hecho, la incapacidad para tomar decisiones es uno de los síntomas que más acomete la gente con miedo a vivir. El miedo a no a avanzar, paradójicamente, les hace estancarse. El miedo equivocarse es tal que no se mueven ni en una dirección ni en otra. Con lo cual, se sienten muy estancadas.
Al mismo tiempo, esto puede tener como consecuencia dejar de tener ilusión por lo que ocurre a su alrededor. Al no tomar las riendas de lo que les sucede, porque sienten que carecen completamente de control, viven en una especie de indefensión aprendida, esto es: haga lo que haga, no servirá de nada.
A continuación, te contamos algunas de las posibles causas que pueden originar el miedo a vivir. En resumen, el miedo al rechazo de los demás, a vivir en la incertidumbre y el miedo a fracasar.
Posibles causas del miedo a la vida
A continuación veremos las principales causas del miedo a la vida:
Ansiedad
La ansiedad es una emoción compleja que suele aparecer cuando nos vemos ante una situación desconocida. En una intensidad tolerable, esta ansiedad es una buena señal ya que nos está advirtiendo de que hemos de tener cuidado de no dar un paso en falso. Pero, a veces, esta ansiedad es tan intensa que nos sobrepasa y nos estanca a la hora de tomar decisiones o arriesgar.
Baja autoestima
La baja autoestima se traduce en tener un concepto negativo de nosotros mismos. Cuando esto ocurre podemos llegar a sentir que no nos merecemos que nos pasen cosas buenas, con lo cual, ocurre una especie de profecía autocumplida en la cual, ante la creencia de que no merecemos lo bueno, no hago nada por conseguirlo.
Depresión
Esto es la pescadilla que se muerde la cola. La depresión puede ser una causa del miedo a vivir, pero también puede ser la consecuencia. Al estancarnos se ve confirmada la creencia de que como no nos merecemos cosas buenas tampoco las recibimos y, viceversa, al no pasarnos cosas buenas, lo atribuimos a que no las merecemos. Esto nos puede sumir en un cuadro depresivo severo.
Experiencias negativas y traumáticas previas
Especialmente, en la infancia la herida del rechazo o del abandono pueden ser heridas muy profundas que dejan secuelas psicológicas. Estas heridas tienen como consecuencia, las causas que hemos mencionado anteriormente: la baja autoestima y la creencia de nos ser merecedores del bien. El dolor que hemos podido sentir a lo largo de nuestra vida por sentir rechazo o fracaso puede condicionarnos y hacer que hagamos todo lo posible por no volver a sentirlo nunca más, provocando que nunca arriesguemos y no tomemos decisiones.
¿Cómo superar el miedo a la vida?
A continuación veremos algunos consejos para superar el miedo a la vida:
Define tus metas
Es importante saber lo que queremos, pero, sobre todo, visualizarnos consiguiendo lo que deseamos. Cuando nos encontramos en un momento en el que no tenemos claro que es lo que deseamos, vamos dando “palos de ciego”. Esto tampoco es negativo, ya que al menos, no te estanca. A los seres humanos nos mueven nuestros deseos. Por supuesto, no tienen que ser metas muy altas. Revisa bien que sean realistas y alcanzables, midiendo tus circunstancias presentes.
No anticipes, evita la rumiación
Por supuesto, ante el miedo a la incertidumbre, lo que hacemos para aplacarla es imaginarnos todos los posibles escenarios que pueden acontecer como consecuencia de la decisión que estamos tomando. La mayoría de las veces, esto es cien por cien improductivo y no hace más que incentivar el miedo a vivir. Aunque la anticipación es inevitable, trata de identificar cuándo estás anticipando y diferencia de cuándo estás intentando prever un posible error. La gente con miedo a vivir teme ser de manera completamente opuesta, es decir, tomar decisiones impulsivamente.
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Aprende a quererte
Trabajar en tu autoestima es muy importante y será muy beneficioso para que te visualices en esas metas, en ese lugar donde te quieres ver y crees que vas a estar bien. Quererte significará saberte merecedor o merecedora de sentirte con plenitud, de sentir rodeado de amor, de gente que te trata bien y de que te ocurran acontecimientos positivos.
Practica el mindfulness
Aunque es normal (y necesaria) la anticipación a la hora de tomar decisiones, no podemos perder de vista el momento presente. Enfocarse en el presente y vivir el momento en el que te encuentras aquí y ahora, te sacará de esa espiral en la que te dedicas a sobrevivir, más que a vivir. Es cierto que el futuro está lleno de incertidumbre y que el rechazo y el fracaso son muy dolorosos, pero aprender a disfrutar o, al menos, “surfear” el proceso calmará ese estado de ansiedad continuo. Para ello, puedes practicar mindfulness. Esta práctica consiste en aprender a poner el foco de tu atención en aquello donde quieres ponerlo. Aunque requiere práctica, se trata de una herramienta muy útil y potente.
Ten paciencia
Ten en cuenta que los resultados de las acciones que vayas tomando no tienen porqué ser inmediatos. No existen varitas mágicas ni trucos para que el miedo vivir desaparezca de manera rápida. De hecho, el proceso puede alargarse más de lo que crees. Al fin y al cabo, tenemos una mochila con muchas cargas y hay que trabajar cada una de esas cargas.
Conclusiones…
Con todo, es normal tener miedo a equivocarnos y perderle el miedo al error no nos asegura que siempre vayamos a acertar. El miedo a vivir nos impide vivir, de manera que no vivimos, sino que sobrevivimos. Estamos constantemente en un estado de alerta, pendientes de lo que nos puede hacer daño, en lugar de prestar atención a aquello que nos hace bien y que nos lleva a tomar acciones que nos ayudan a tener, en definitiva, bienestar.
Cualquier persona merece que le pasen cosas buen y debe hacer todo lo posible para que así sea. Para ello, es necesario arriesgar y, sobre todo, perderles el miedo a las emociones: sentir incertidumbre es desagradable pero es un sentimiento común, al igual que lo es sentir dolor porque nos han rechazado o sentir que hemos fracasado.
Ayuda psicológica profesional
El miedo a vivir pasa muy desapercibido y se habla muy poco de ello. Por lo tanto, puede ser algo que no tengamos identificado y que no nos planteemos pedir ayuda. Sin embargo, es algo que se puede (y debe) trabajar en terapia psicológica especializada en depresión. El miedo a vivir o, en definitiva, a las emociones daña la salud mental y tiene consecuencias en el día a día. Si estás buscando ayuda, quizás sea el momento de pedirla. En Avance Psicólogos te podemos ayudar. Ponte en contacto si quieres más información.
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Referencias bibliográficas:
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Zepeda Toro, P. E., da Silva Sousa, R. C., Costa, F., & Douglas Colauto, R. (2023). Miedo al éxito y miedo al fracaso: intensidad de los motivos de procrastinación en la elaboración de la disertación y tesis. Calidad en la educación, (58), 5-34.
Ramírez, N. V. H. Crianza: Una Mirada Gestalt con Bases en las Etapas de Desarrollo Psicosocial Infantil. Dra. Claudia Elena García Martínez, 8.