La terapia de aceptación y compromiso es una variante de intervención psicoterapéutica ha ido ganando terreno en los últimos años, haciendo que cada vez más profesionales se formen en ella, al mismo ritmo en el que crece la cantidad de personas interesadas en aprovechar sus beneficios como pacientes.
En este artículo veremos cuáles son las características de la Terapia de Aceptación y Compromiso, cuál es la filosofía de trabajo en la que se fundamenta, y los efectos positivos que tiene en las personas que acuden a ella a través del apoyo profesional de la mano de los psicólogos expertos en autoaceptación.
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Índice
¿Qué es la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)?
Lo primero que hay que saber acerca de la Terapia de Aceptación y Compromiso es que forma parte de las Terapias de Tercera Generación. El nombre de esta categoría hace referencia a que estas formas de intervención psicológica surgieron después de la segunda generación de psicoterapias, las cognitivo-conductuales, aparecidas en los años 60. ¿En qué se diferencian con estas? Principalmente, en su manera de conceptualizar el problema al que el que psicólogo y paciente deben enfrentarse, y los objetivos planteados para conseguirlo.
Desde la perspectiva de las terapias cognitivo-conductuales, el objetivo al que hay que aspirar es la eliminación o la mitigación de síntomas psicológicos que generan malestar, y cuyo poder sobre la persona puede ser combatido propiciando que el paciente piense de otras maneras y adopte nuevos hábitos que debiliten el trastorno.
En cambio, desde la perspectiva de las Terapias de Tercera Generación, el objetivo de la intervención no es tanto hacer desaparecer por completo el malestar, sino limitar la influencia negativa que el trastorno tiene en la persona haciendo que esta aprenda a «convivir» con cierto grado de incomodidad y de imperfección en lo que experimenta.
Además, las Terapias de Tercera Generación también son conocidas como Terapias Contextuales, porque ponen especial énfasis en la necesidad de entender el problema a tratar como parte del contexto en el que vive el paciente y del que no se puede desligar.
Principios fundamentales de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
1. Desafío a la rigidez psicológica
La rigidez psicológica ocurre cuando las personas adoptan patrones de pensamiento inflexibles que limitan su capacidad para afrontar desafíos. La ACT promueve la flexibilidad psicológica, ayudando a los pacientes a adaptarse a diferentes situaciones con mayor resiliencia.
2. Superación de la evitación experiencial
La evitación experiencial se refiere al esfuerzo constante por evitar pensamientos o emociones incómodas. Este enfoque paradójicamente intensifica el malestar. La ACT enseña a las personas a enfrentar estas experiencias con aceptación, reduciendo su impacto negativo.
3. Compromiso con valores personales
La ACT ayuda a los pacientes a identificar y comprometerse con valores significativos, convirtiendo estos en una guía para la toma de decisiones y el establecimiento de metas.
Características clave de la Terapia de Aceptación y Compromiso
Ahora que ya hemos visto en qué consiste la categoría a la que pertenece la Terapia de Aceptación y Compromiso, veamos qué es exactamente esta terapia, aunque algunos de sus rasgos principales ya los hemos visto anticipados en la sección anterior.
1. Inspiración en las Terapias Cognitivo-Conductuales
A pesar de que tal y como hemos visto la Terapia de Aceptación y Compromiso no se considere una terapia cognitivo-conductual, eso no significa que se oponga claramente a los principios y métodos de las que sí lo son.
De hecho, ha sido creada desde los fundamentos de las terapias cognitivo-conductuales, de manera que tienen muchas cosas en común: ambas plantean objetivos terapéuticos concretos, se basan en información lo más objetiva posible, se desarrollan a través de unas pocas sesiones durante varias semanas seguidas, pretenden actuar sobre las creencias y la manera de interpretar las cosas del paciente, etc.
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2. Enfoque en la aceptación
Esto puede parecer redundante ya que es una palabra que aparece en el nombre de la terapia, pero realmente es uno de sus aspectos clave. A través de la Terapia de Aceptación y Compromiso, parte del objetivo a alcanzar es lograr un reajuste de las expectativas del paciente. Así, no tener una vida en la que el problema psicológico no ha dejado ningún rastro no se convierte en un factor que produzca una fuerte inestabilidad emocional ni que mantenga a la persona alejada de la felicidad de manera indefinida.
Esto es útil, teniendo en cuenta que a veces no se puede eliminar por completo el malestar ocasionado por un trastorno: las personas que han desarrollado fobias siguen sintiendo una cierta incomodidad al exponerse a lo que antaño las atemorizó, quienes han pasado por una etapa de depresión tienen un mayor riesgo de recaer, quienes han desarrollado adicciones sienten un mayor grado de tentación ante ciertos estímulos, etc.
3. Bloqueo de la evitación del pensamiento
La Terapia de Aceptación y Compromiso evita que el paciente se obsesiones con evitar ciertas ideas o pensamientos a causa de que anticipa el malestar que estos producirán si captan su atención.
Esto hace que se habitúen a aquello que hasta ese momento causaba angustia o ansiedad, lo cual permite abordar ciertos problemas con una mentalidad más constructiva.
4. Potenciación de la resiliencia
Por lo que hemos visto, la Terapia de Aceptación y Compromiso es una gran ayuda a la hora de permitir que las personas superen experiencias dolorosas y vuelvan a ser felices incluso en situaciones que ellas mismas habían calificado de catastróficas meses atrás.
Dicho de otro modo, la Terapia de Aceptación y Compromiso potencia la capacidad de resiliencia, es decir, la habilidad a la hora de adaptarse a situaciones desfavorables y de encontrar significado y la posibilidad de ser feliz en momentos complicados.
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Aplicaciones prácticas de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
La ACT se ha utilizado con éxito en una variedad de problemas psicológicos, como:
- Ansiedad y Depresión: Ayuda a los pacientes a aceptar sus emociones, lo que disminuye la intensidad de los síntomas.
- Adicciones: Enseña a enfrentar impulsos sin ceder a ellos, facilitando el proceso de recuperación.
- Trastornos Alimentarios: Ayuda a los pacientes a reconciliarse con su cuerpo y su relación con la comida.
- Manejo del Dolor Crónico: Ofrece herramientas para aceptar el dolor físico mientras se mejora la calidad de vida.
Un ejemplo de la Terapia de Aceptación y Compromiso en pacientes
Veamos ahora un ejemplo de cómo funciona la Terapia de Aceptación y Compromiso en el caso de una mujer que está pasando por problemas para aceptar los signos que el envejecimiento provoca en su apariencia física.
En este caso, una manera de intentar abordar el problema sería considerar que la tristeza y la ansiedad que la persona siente al mirarse al espejo o al salir a la calle (a la vista de los demás) es en sí una fuente de malestar que hay que eliminar. Y otra manera de ver el problema sería comprobar que la persona sufre innecesariamente a causa de su incapacidad para aceptar aquello que considera una imperfección muy grave.
En este ejemplo, la persona tiene una excesiva rigidez psicológica en lo relativo a los cánones de belleza, lo cual hace que experimente la pérdida de la tersitud y del brillo de la piel una especie de duelo: aquello que antaño consideraba que le venía dado desaparece, dejando detrás de sí un cuerpo extraño que no le pertenece.
Por otro lado, la mujer también pasa por la evitación experiencial, algo que se nota desde la primera hora de la mañana, cuando evita mirarse al espejo y se pone chapuceramente una gruesa capa de maquillaje para cubrir sus arrugas. En estos casos, puede ser beneficioso buscar asistencia profesional especializada en autoestima.
La Terapia de Aceptación y Compromiso ayudará a esta persona a reconciliarse con su cuerpo real, a dejar de dar por sentado que tiene que parecerse a una versión idealizada de ella misma, y a vivir la vida sin preocuparse por problemas que principalmente existen en su imaginación.
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Referencias bibliográficas:
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Ruiz Jiménez, Francisco José (2012). Acceptance and commitment therapy versus traditional cognitive behavioral therapy: A systematic review and meta-analysis of current empirical evidence. International Journal of Psychology and Psychological Therapy. 12 (3): pp. 333 – 358.
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Hayes, S. C., Barnes-Holmes, D., & Roche, B. (Eds.). (2001). Relational Frame Theory: A Post-Skinnerian account of human language and cognition. New York: Plenum Press.
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