¿Has sentido alguna vez melancolía? ¿Sabes en que se diferencia de la tristeza o de la nostalgia? La melancolía fue definida por primera vez en la Antigua Grecia, de la mano de Hipócrates, quien se refería a ella como uno de los cuatro humores del cuerpo. En concreto, la melancolía se refería a la bilis negra. Este humor era descrito como el peor de todos, ya que era el causante de enfermedades y hacía que la persona se sintiera triste y depresiva. Por eso, asociamos hoy la melancolía a la depresión o, en términos, más actuales y diagnósticos a la distimia.
También, la palabra melancolía se ha empleado como uno de los cuatro tipos de temperamentos. Estos hacían alusión a una manera de clasificar las reacciones de las personas ante un determinado estímulo. El temperamento es algo con lo que se nace y las personas con tendencia a la melancolía se les describe como personas sensibles, introvertidas, perfeccionistas y con cambios bruscos de humor. Estas personas, a su vez, tienen más propensión a sufrir distimia. En este artículo te queremos hablar de lo que es la melancolía, cuáles son sus síntomas, qué tipos hay y cómo podemos tratarla en terapia psicológica especializada en trastornos depresivos.
Índice
¿Qué es la melancolía?
La melancolía es algo más que estar triste o sentir que cualquier tiempo pasado fue mejor. Este sentimiento nos puede hacer mirar muy para dentro de nuestro mundo interior, abriendo capas más profundas de nuestro self y de quienes somos. Nos hace reflexionar y llegar a unos niveles de introspección a los que no llegamos normalmente.
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Por lo general, este sentimiento lo asociamos a un estado de ánimo negativo y perjudicial, poco deseable y que no deberíamos sentir. Suele aparecer ante una pérdida, ya sea de algo o alguien importante. Sin embargo, al margen de que cualquier emoción es válida y que no debemos menospreciarlas, la melancolía tiene una cara positiva. Esta cara positiva es la que lleva a muchas personas que sienten melancolía a conectar con su parte más creativa e, incluso, nos lleva a conectar con esas partes de nuestra personalidad que teníamos exiliadas y con las que no nos llevamos demasiado bien.
La melancolía nos conecta con la vulnerabilidad y, conectar con ella, nos puede dar herramientas para abrazarla, en lugar de tenerle miedo. Por otro lado, hemos de tener cuidado de no confundir la melancolía de la depresión. Mientras que la primera es un estado emocional pasajero y una respuesta natural a determinados estímulos, la depresión se trata de un trastorno mental que llega a condicionar en nuestra vida perjudicando varias parcelas de la misma. Entonces, ¿qué características tiene la melancolía? Te lo contamos a continuación.
Síntomas de la melancolía y sus dos caras.
Los síntomas de la melancolía se pueden parecer a los de la depresión. La diferencia está en que la depresión es algo más duradero e interfiere en tu día a día. La melancolía es más que un día triste pero no es depresión.
La melancolía empieza a ser algo preocupante o peligroso cuando se extiende demasiado en el tiempo, la persona no puede vivir en el presente porque está demasiado ocupada en el pasado, quedándose ahí anclada por aquello que ya no tiene o aquello que perdió. También el peligro está cuando se empieza a pensar que un futuro mejor no es posible, es decir, cuando la persona ha entrado en un estado de desesperanza. Es entonces cuando aparecen síntomas como el sentimiento de culpabilidad, pensamientos derrotistas y catastrofistas, pérdida de interés por áreas de la vida que antes eran importante y la indefensión aprendida (o la sensación de que hagas lo que hagas no servirá para nada). Además, quienes están en un punto de melancolía preocupante tienen conductas que las mantienen ahí, en ese pasado, como: evitar ciertas actividades o situaciones, pérdida de apetito o comer con ansiedad, tener alterado el sueño siendo incapaces de conciliarlo, o durmiendo demasiado.
Por otro lado, tiene una cara amable. De este estado emocional también podemos sacar cosas beneficiosas. En primer lugar, según algunas investigaciones, nos hace más objetivos y nos ayuda a tomar decisiones más racionales (siempre y cuando la melancolía no haya pasado a un estado patológico). Por lo visto, nuestro pensamiento se encuentra menos sesgado y más libre de estereotipos y prejuicios. En segundo lugar, mejora la creatividad. Al ponernos en una posición tan de introspección, ello nos estimula nuestra parte más creativa. Por último, otras investigaciones han demostrado que mejora la memoria. Otras ventajas de la melancolía son que despierta el gusto y la apreciación por la belleza y un sano manejo de la soledad.
¿Qué tipos de melancolía hay?
1. Melancolía nostálgica
La nostalgia también tiene que ver con la pérdida y el pasado. Experimentamos este tipo de melancolía cuando recordamos momentos o personas de nuestro pasado que ya no están en nuestra vida. Nos lleva a revivir emociones y escenas de nuestra vida pasada. Esto resulta en un sentimiento que deja un sabor agridulce porque, a la par que nostalgia, sentimos gratitud.
2. Melancolía melancólica
Esta es una melancolía mucho más profunda y que persiste más en el tiempo. Además, es más intensa y duradera. Puede ser el preámbulo a un trastorno del estado de ánimo como un episodio depresivo, una distimia o una depresión mayor. Si sentimos este tipo de melancolía es muy importante pedir ayuda psicológica lo antes posible para que no empiece a afectar a tu bienestar y, como decíamos antes, a condicionar tu vida.
3. Melancolía creativa
Este tipo tiene que ver con la inspiración artística y ha servido a muchas personas dedicadas al arte y la cultura para poder explorar y, sobre todo, expresar sentimientos muy complejos. La introspección juega aquí un papel muy importante. Agudiza la sensibilidad emocional y, por tanto, la conexión, sobre todo, con lo estético y lo artístico.
4. Melancolía existencial
Como su nombre indica, surge cuando alguna cuestión de nuestro modo de vida y de nuestra identidad se tambalea. Hace que nos sumerjamos en la más profunda de las introspecciones y que reflexionemos, quizás excesivamente, sobre nuestra existencia, el sentido que tiene la vida, quiénes somos y para qué estamos aquí. Nos lleva a buscar en las capas más profundas de nuestra personalidad.
5. Melancolía romántica
La melancolía romántica aparece cuando se ha perdido un vínculo que creíamos importante y que ya no está. Se asocia con los vínculos amorosos y las relaciones de pareja. Este tipo de melancolía despierta la expresión artística y, en nuestra cultura, podemos apreciar que ha sido fuente de inspiración en la escritura, la poesía y la música.
Tratamiento de la melancolía
La melancolía y sobre todo si hablamos de trastornos del estado de ánimo como la depresión son problemas tratables tanto con terapia psicológica como farmacológica. Nosotros, recomendamos, en primer lugar, probar la terapia psicológica, ya que no solo es una forma muy valiosa de tratar la melancolía y la depresión, sino también porque te puede ayudar a crecer psicológicamente en otros sentidos (algo en lo que la psicofarmacología se ve limitada). Si esta no es suficiente, lo más recomendable es también consultar a un psiquiatra que valore tu caso y te diga si es recomendable la medicación psiquiátrica.
Por otro lado, la terapia farmacológica, como los antidepresivos o los estabilizadores del ánimo, ayuda a regular los síntomas, ya que incide en la química que se ha desequilibrado a nivel cerebral. Con todo, es recomendable, hacerlo a la par que una terapia psicológica.
¿Cuál es la diferencia entre nostalgia y melancolía?
Aunque la melancolía tiene una doble cara y tiene una parte muy positiva, a veces, tendemos a confundirla con la nostalgia. La nostalgia, aunque ya hemos hablado un poquito de ella, nos gustaría resaltar algunos detalles importantes. Este es un sentimiento que, al igual que la melancolía, forma parte de la experiencia humana. Lo que no tiene en común con esta última es que la primera tiende a llevarnos a evocar emociones agradables como la alegría, la amabilidad o el sentir gratitud por un pasado que recordamos como feliz. Es una emoción fácil de abrazar, mientras que la melancolía tendemos a rechazarla más. Además, la nostalgia nos evoca momentos con nuestro yo del pasado y, por tanto, con nuestra identidad, con quienes somos. Se puede compartir con otras personas, mientas que la melancolía nos conecta más con nuestro interior con momentos de soledad.
¿Estás buscando ayuda?
La terapia psicológica te ayudará a explorar y comprender de donde viene la melancolía que sientes. Además, te ayudará a desarrollar estrategias para que la manejes de maneras más saludables hasta ahora. En Avance Psicólogos te podemos ayudar. Tenemos más de 25 años de experiencia y colaboramos con psicólogos especialistas para poder ayudarte tanto de forma online como presencial en Madrid.
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Referencias bibliográficas:
Benavides, P. (2017). La depresión, evolución del concepto desde la melancolía hasta la depresión como enfermedad física. Revistapuce.
Vargas Granda, S. M. (2021). Factores que inciden en la depresión en estudiantes universitarios: una revisión sistemática. Conrado, 17(82), 387-394.
Hermsen, J. J. (2019). La melancolía en tiempos de incertidumbre (Vol. 111). Siruela.