Qué es el refuerzo intermitente y cómo evitar caer en él

Refuerzo Intermitente: Definición, ejemplos y estrategias para superarlo

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El refuerzo intermitente es una de las estrategias más poderosas de aprendizaje y modificación de la conducta. Su influencia es tan grande que se encuentra presente en múltiples aspectos de nuestra vida, desde relaciones personales hasta adicciones y el entorno laboral. Se trata de un tipo de refuerzo en el que la recompensa no se obtiene de manera constante, sino de forma esporádica, lo que genera una expectativa que motiva la repetición de la conducta.

Por ello, en este artículo, veremos Qué es el refuerzo intermitente, que tipos hay, sus caracteristicas y ejemplos, cómo impactan en nuestra vida cotidiana y cómo puedes afrontarlos. Sigue leyendo.

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¿Qué es el refuerzo intermitente?

El refuerzo intermitente es aquel que se da cuando al emitir una conducta recibimos una recompensa o premio, pero no cada vez que emitimos ese comportamiento, sino que, a veces sí y, a veces, no.

De hecho, el refuerzo intermitente es el que está más presente en nuestras vidas, aunque no lo percibamos. Es por eso, que, a veces repetimos conductas que sabemos que no nos convienen o que hacemos cosas que no queremos seguir haciendo. Quizás un ejemplo donde lo vamos a ver muy claro es con las máquinas tragaperras. El obtener un premio en este tipo de juegos depende completamente de la aleatoriedad y, además, aunque sabemos que lo más probable es que no nos toque nada, basta que nos toque una vez el premio para que nos enganchemos. A lo largo del artículo, cómo de inmerso está el refuerzo intermitente en nuestras vidas.

Tipos de refuerzo en la conducta humana

El refuerzo es un estímulo que aumenta la probabilidad de que una conducta se repita. Existen dos tipos principales:

  • Refuerzo positivo: Se da cuando se añade un estímulo agradable tras una conducta deseada. Por ejemplo, dar una chocolatina a un niño por terminar sus deberes.
  • Refuerzo negativo: Ocurre cuando se elimina un estímulo desagradable tras la ejecución de una conducta. Un ejemplo sería decirle a un niño que si termina los deberes no tendrá que recoger su habitación.

Ambos tipos de refuerzo favorecen el aprendizaje y la repetición de conductas, pero el refuerzo intermitente tiene un impacto aún más profundo y duradero.

La teoría del refuerzo intermitente

La teoría del refuerzo intermitente parte de la base de que reforzar una conducta hace que esta se repita. Sin embargo, cuando se aplica de esta manera, intermitentemente, está demostrado que es el más eficaz para mantener una conducta a largo plazo.

Cuando decíamos que el refuerzo intermitente es el más potente, hablamos sobre todo del positivo, dar algo agradable, pero a veces sí y, otras veces, no. De tal manera que si somos quienes estamos recibiendo ese refuerzo intermitente, repetiremos equis conducta por si acaso conseguimos ese refuerzo. No es el refuerzo en sí lo que nos hace dependientes, sino su intermitencia. Por eso, decíamos que es el más potente, porque es el más eficaz y el que más adhesión crea. Por desgracia, es el responsable de que caigamos en adicciones o en relaciones de maltrato, como veremos a continuación.

Esta intermitencia genera expectativa y deseo de volver a conseguir ese premio o recompensa (un beso, palabras de agradecimiento, etc.), pero también un cierto grado de ansiedad ante la idea de esforzarnos y no conseguirlo. Por eso, mantendremos la conducta para volver a conseguir la recompensa que tuvimos y queremos volver a tener.

Ejemplos de refuerzo intermitente en la vida cotidiana

Algunos ejemplos en los que en la vida cotidiana se puede dar el refuerzo intermitente son:

1. El refuerzo intermitente en relaciones de pareja

En la pareja es común y normal que se de el refuerzo intermitente. Es casi imposible estar dando a nuestra pareja una recompensa cada vez que hace algo que nos gusta. Nos puede pasar desapercibido o no tenemos un buen día. En las relaciones una recompensa puede ser un beso, un regalo, una sonrisa o contestar a un mensaje. Son recompensas porque son gestos que demuestran que esa persona nos quiere.

El problema del refuerzo intermitente en las relaciones de pareja es cuando se vuelve una manipulación. Imagínate que tu pareja, a veces te da besos, otras veces, pasa de ti. Unas veces está sonriente, otras no. Unas veces, te da todo el cariño del mundo, otras, no. Este tipo de relaciones son muy difíciles de abandonar, ya que acaban generando dependencia. Se cae en el típico “cuando estamos bien, estamos muy bien” para justificar el continuar en esa relación, en la cual nunca llegas a estar a gusto. Las personas en este tipo de relaciones se suelen reprochar a sí mismas porqué no se dieron cuenta antes de que no les gustaba vivir así su relación y por qué no lo dejaron antes, pero lo cierto es que le puede pasar a cualquiera.

2. El refuerzo intermitente en el ámbito laboral

El refuerzo intermitente también se observa en el trabajo, donde el reconocimiento y las recompensas no siempre son constantes. Algunas empresas utilizan esta estrategia de manera intencionada para aumentar la productividad y la motivación de sus empleados.

Ejemplos de refuerzo intermitente en el trabajo incluyen:

  • Bonificaciones esporádicas: Los empleados no siempre reciben incentivos, pero cuando lo hacen, se sienten motivados a esforzarse más.
  • Reconocimiento variable: A veces los jefes elogian el desempeño, otras veces no, lo que mantiene a los trabajadores en la expectativa de recibir aprobación.
  • Reacciones de los clientes: Algunos clientes muestran gratitud, otros no, generando una sensación de incertidumbre en los trabajadores sobre el impacto de su labor.

Este tipo de refuerzo puede ser beneficioso para mantener la motivación, pero también puede generar estrés y agotamiento si se usa de manera abusiva.

4. El refuerzo intermitente en adicciones

Como ya hemos señalado, el refuerzo intermitente está muy presente en las adicciones. Pero antes, hemos de explicar que el tipo de refuerzo intermitente que genera la adicción es el refuerzo negativo. Esto es porque, en una adicción, no se consume o se repite una conducta por el placer de hacerlo, sino por quitar el malestar (mono, craving) que supone no hacerlo. Por ejemplo, una persona adicta a la cocaína, volverá a consumir para acabar con el síndrome de abstinencia, al igual que un fumador, fumará por el mono a la nicotina.

El refuerzo intermitente en las adicciones se da, sobre todo, en la ludopatía. A veces, se gana el premio, otras (la mayoría) se pierde. Pero también lo podemos ver el resto de adicciones. Alguien que bebe alcohol algunas veces aliviará la ansiedad que le llevó a beber, otras no. Alguien que consume pornografía compulsivamente y se masturba, algunas veces hallará placer, otras no. Es por eso que se dice que, quien es adicto lo es para toda la vida. Aunque las adicciones se pueden curar, el deseo o la expectativa de encontrar una recompensa siempre va a estar acechando.

Cómo reconocer el refuerzo intermitente en tu vida

Existen numerosos ejemplos de refuerzo intermitente que podemos identificar en nuestro día a día. Algunos son muy dañinos, otros no lo son tanto. Por ejemplo, cuando queremos educar a nuestra mascota para que haga el platz el darle un premio como un alimento de manera intermitente, hará que la mascota se tumbe cada vez que oiga el platz con mucha mayor eficacia a largo plazo. La comida también puede ser un refuerzo intermitente en muchos casos. Por ejemplo, si voy a un buffet y me lleno mucho y luego me encuentro mal, lo lógico sería que no volviera, pero como otras veces me ha sentado bien, seguramente vuelva.

Cuando practicamos una actividad nueva o aprendemos alguna destreza nueva aprendemos a base de refuerzo intermitente. Si, por ejemplo, estamos aprendiendo a hacer un paso nuevo de baile, al ver que algunas veces no sale y otras no, mantendrá nuestra motivación para acabar por dominarlo. O, también, una gran fuente de refuerzo intermitente son las redes sociales. Los likes o los mensajes que recibimos son golosinas para nuestro cerebro. Esos likes son la señal de aprobación y en algunas publicaciones tenemos más y, en otras, menos.

Consejos para afrontar el refuerzo intermitente

Cuando el refuerzo intermitente te está haciendo mantener algo que no quieres como, por ejemplo, fumar o estar en una relación tóxica, es importante que sepas cómo enfrentarlo. Para ello:

1. Identifica los patrones

El refuerzo intermitente deja huellas como que sientes una ansiedad casi continua y la sensación de que algo estás haciendo tú mal, te culpabilizas o sientes que exageras. Por la parte de la persona que hace el refuerzo intermitente, presta atención a si lo positivo que te aporta la relación se mantiene más o menos en el tiempo o si, por el contrario, es muy inestable.

2. Establece límites

En el caso de las relaciones, cuando alguien nos hace refuerzo intermitente, parece que es ese alguien quien tiene el control sobre la relación. Tienes derecho a expresar lo que sientes y también qué quieres y qué esperas de una relación. En el ámbito laboral, ahora que sabes cómo funciona el refuerzo intermitente puedes encontrar otras motivaciones o plantearte si estás a gusto en ese trabajo.

3. Busca apoyo

En el caso de las adicciones, es muy importante que busques apoyo y, sobre todo, ayuda profesional. También es recomendable para salir de relaciones en las que no hacen daño. Igualmente, el apoyo de alguien de tu círculo de confianza es muy importante. Contar lo que te está ocurriendo te puede dar más perspectiva.

4. Practica la autoevaluación

Al igual que cada día recibimos refuerzo intermitente, también lo administramos, aunque sea inconscientemente. Es muy interesante que cada cual se revise para ver cuándo puede estar dando este tipo de refuerzo, ver qué efectos puede estar teniendo en los demás y actuar consecuentemente.

¿Sientes que estás atrapado en relaciones o hábitos que no puedes dejar?

Si al leer este artículo has reconocido patrones de refuerzo intermitente en tu vida, ya sea en relaciones, trabajo o incluso en hábitos poco saludables, es momento de tomar el control.

En Avance Psicólogos, colaboramos con un equipo de psicólogos especialistas en dependencia emocional, adicciones y terapia de pareja, listos para ayudarte a identificar y superar estas dinámicas. Te ofrecemos un espacio seguro donde podrás entender cómo este tipo de refuerzo afecta tu vida y aprender herramientas efectivas para liberarte de su impacto negativo.

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Referencias bibliográficas:

Mayorga-Vega, D. (2016). Efectos del refuerzo intermitente sobre el mantenimiento de la condición física orientada a la salud en la educación física escolar.

Hogarth, R. M., & Villeval, M. C. (2010). Intermittent reinforcement and the persistence of behavior: Experimental evidence.

Tuculet, J., & Pedrón, V. T. (2022). Loot boxes, apuestas y juego patológico: Análisis de sus efectos psicofisiológicos en los usuarios. Revista de Psicología y Psicopedagogía, (6).

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autora del artículo

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Por Brenda Ruano Bodemer

PSICÓLOGA SEXÓLOGA COLEGIADA M-34490

Brenda Ruano Bodemer (Madrid, 1993) se graduó en Psicología por la UCM. Trabaja en la consulta privada desde 2016. Desde entonces, lleva formándose en distintos ámbitos de la psicología: Máster en Sexología, educación sexual, asesoramiento y terapia sexual (UCJC, IUNIVES), Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad de Nebrija). Título en Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género (COP). Además de la consulta privada, ha trabajado en centros de día de adicciones y, actualmente, imparte talleres de Educación Sexual en institutos y da formación a profesores sobre Educación Sexual.

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