La capacidad de saber mediar es una habilidad social importante que marca la diferencia en situaciones de conflicto. Es, de hecho, lo que puede lograr que de una situación de lucha se pase a otra de negociación. Y como todas las habilidades sociales, puede ser entrenada y potenciada a través del aprendizaje aplicado a la experiencia en el trato con los demás, ya sea en la familia, en la empresa, en los vínculos de amistad, etc.
Para que tengas claro cuáles son los fundamentos de la mediación, aquí haremos un repaso a los elementos psicológicos que ayudan a saber mediar bien en el día a día.
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Índice
Los beneficios de saber mediar
Toda persona es capaz de, si se dan las circunstancias para ello, aplicar estrategias de mediación para ayudar a resolver un conflicto. De lo que se trata es de adoptar un rol de tercer agente involucrado en un choque entre otras dos, sin mostrar favoritismos claros, para intentar que ambas salgan beneficiadas ganando algo que no lograrían si la persona mediadora no estuviese ahí. Partiendo de este concepto tan amplio de mediación, que no se limita a la que se produce de manera formal en el ámbito del Derecho, cabe destacar los siguientes beneficios y aportaciones positivas que ofrece la persona mediadora:
- Permite salir del círculo vicioso de ataque-defensa en la que se involucran las partes
- Ayuda a que ambas partes conozcan la perspectiva de quien no está involucrado en el conflicto
- Da orden y ritmo al intercambio comunicativo
- Ayuda a no perder de vista el objetivo de dar resolución al conflicto intentando que ambas partes cedan en algo.
¿Qué elementos psicológicos son necesarios para saber mediar en los conflictos?
Estos son los principales pilares de la mediación, ya sea en el ámbito laboral o en cualquier otro tipo de contexto.
1. Capacidad de definir un problema de manera objetiva
La capacidad de definir un problema en un momento determinado y de evaluar sus posibles soluciones es una habilidad muy requerida en toda situación en la que haya dos partes enfrentadas. Esto pasa por dejar de un lado el ego, no ceder a las ganas de indignarse con una parte y defender explícitamente solo a la otra, y tener una visión global de la situación.
Mostrarnos resolutivos y dispuestos a resolver situaciones adversas nos dará puntos para prosperar en nuestro lugar de trabajo y nos permitirá prosperar en el futuro dentro de la empresa, y nos permitirá gozar de relaciones familiares y de amistad más fluidas.
2. Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es un conjunto de aptitudes psicológicas fundamentales para poner a nuestro lado emocional a trabajar en nuestro favor; y además, nos ayuda a comprender a los demás y a conocer sus motivaciones e intereses de manera relativamente rápida.
La inteligencia emocional consiste en identificar las propias emociones y también las ajenas, así como en actuar en consecuencia y de manera adaptativa respecto a las necesidades, aspiraciones, preferencias de intereses tanto propios como ajenos.
Esta habilidad nos permitirá comunicarnos mejor con nuestro entorno laboral, expresarnos mejor con nuestro entorno, y sacar el máximo rendimiento de nuestras capacidades diariamente.
3. Capacidad de disculparse y reconocer los propios errores
La capacidad de pedir disculpas cuando sea necesario también es necesario para mostrar compromiso con la resolución de conflictos, y es una manera de demostrar que no pasa nada por cometer errores siempre que se mantenga una actitud abierta y se ofrezca la posibilidad de enmendar esas equivocaciones, lo cual predispone a saber ceder.
Disculparnos cuando esto sucede resulta muy importante para mantener una buena relación con otras personas y en definitiva para crear un buen clima comunicativo.
4. Saber gestionar los tiempos de habla
En un proceso de mediación es muy importante que todas las partes involucrada puedan expresarse de igual manera, al menos en un inicio. Esto pasa por aplicar estrategias para evitar interrupciones y saber repartir equitativamente los tiempos de habla.
5. Asertividad para evitar las faltas de respeto
Es importante no normalizar las faltas de respeto y señalarlas como un problema si se producen. Esto no significa que como mediadores debamos enzarzarnos en peleas ni abandonar el rol de neutralidad.
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Referencias bibliográficas:
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Gerber, S. (1999). Does peer mediation really work?’. Professional School Counseling, 2, 3: pp. 169.
Rivas, M. & López, M. (2012). Psicología social y de las organizaciones. Manual CEDE de Preparación PIR, 11. CEDE. Madrid.