Las sustancias adictivas pueden ocasionar problemas diversos tanto a nivel psicológico como físico. Las dificultades que pueden derivarse del consumo de drogas dependen del grado de consumo (uso, abuso o dependencia) y del tipo (o tipos) de sustancia además de otros factores de la persona y del contexto. Sin embargo, no son sólo los efectos de las drogas mientras se consumen los que pueden causar problemas; en muchos casos su retirada también puede traer ciertas complicaciones físicas y psicológicas. Esto es lo que se conoce como “síndrome de abstinencia”, y es una fase del trabajo en adicciones que requiere especial atención.
En el lenguaje coloquial se habla del síndrome de abstinencia como “pasar el mono”. Esta expresión se refiere al periodo de tiempo que tiene lugar cuando se interrumpe el consumo y se experimenta el malestar asociado a la ausencia de la droga. Solemos asociar este concepto a adicciones muy concretas como la de la heroína, aunque en realidad el síndrome de abstinencia puede darse en relación a sustancias muy diversas. En este artículo vamos a conocer en qué consiste el síndrome de abstinencia, qué variantes existen, cuál es la sintomatología que puede presentar y cómo puede tratarse.
Índice
Qué es el síndrome de abstinencia
El síndrome de abstinencia afecta a las personas que tienen algún tipo de dependencia de una sustancia. Se trata de un conjunto de síntomas que aparecen cuando el consumo de la droga se frena (especialmente si se hace de manera abrupta). Esto es algo que ocurre especialmente en aquellas sustancias que han sido consumidas durante un largo tiempo o en cantidades suficientes para generar tolerancia. Esto quiere decir que, cuando el cuerpo se ha “acostumbrado” a funcionar con una determinada droga, si de repente no dispone de ella reaccionará con determinados signos y síntomas.
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Lo más habitual es que los síntomas del síndrome de abstinencia comiencen a presentarse a lo largo de los tres primeros días inmediatamente posteriores a la interrupción del consumo de la sustancia, aunque en algunos casos puede ocurrir en las primeras 24 horas tras la última dosis. El síndrome de abstinencia es una fuente de gran malestar y es por ello que se trata de uno de los principales motivos de recaída. Al fin y al cabo, abandonar el consumo de una droga es algo muy difícil de hacer y esto se une al hecho de que la manera más rápida de cortar el síndrome de abstinencia es volver a consumir la sustancia que el cuerpo está echando en falta.
Tipos de síndrome de abstinencia
Como ya veníamos diciendo al principio del artículo, cuando pensamos en el síndrome de abstinencia tendemos por lo general a imaginarnos el “mono” que sufren las personas con adicción a drogas recreativas. Es cierto, por una parte, que se puede observar el síndrome de abstinencia durante la retirada de sustancias tanto legales como ilegales: el alcohol, el cannabis, la nicotina, etc. No obstante, no debemos pasar por alto el dato de que el síndrome de abstinencia puede producirse también ante la retirada de algunos fármacos; esto ha ocurrido especialmente en el caso de medicamentos opiáceos, aunque también se ha observado en algunos antidepresivos.
Además de esto, existe un tipo de síndrome de abstinencia particular que tiene lugar en el momento del nacimiento de algunos bebés: el síndrome de abstinencia neonatal. Este tipo de síndrome de abstinencia se da cuando se han consumido sustancias adictivas durante la gestación. A lo largo del embarazo, las drogas consumidas pasan al feto al igual que lo hace el alimento y cualquier otra sustancia; este comienza así a desarrollar también una adicción a la sustancia que, en el momento del nacimiento, deja de serle suministrada con la consiguiente aparición de síntomas de la retirada.
Síntomas del síndrome de abstinencia
Dependiendo de la droga que se haya estado consumiendo, los síntomas del síndrome de abstinencia pueden ser unos u otros. Por ejemplo, durante la primera semana sin consumir cannabis pueden producirse síntomas psicológicos como las dificultades para conciliar el sueño, la pérdida de apetito, la irritabilidad, la ansiedad, el bajo estado de ánimo… y algunos síntomas fisiológicos como los sudores o los temblores y los escalofríos, llegando en algunos casos a experimentar ciertas molestias e incluso dolores físicos. Por el contrario, al dejar de fumar tabaco pueden producirse síntomas opuestos como el aumento del apetito y la somnolencia.
La desintoxicación en los casos de alcoholismo conlleva uno de los síndromes de abstinencia más documentados. Este puede incluir síntomas físicos que van desde los temblores hasta las crisis epilépticas pasando por las náuseas y las diarreas; también puede incluir manifestaciones psicológicas tales como las alucinaciones y el delirium tremens (un cuadro que puede conllevar estados de gran confusión y pesadillas). La intensidad y la duración de estos síntomas depende en gran medida de la gravedad de la adicción, aunque por lo general suelen tener una duración máxima de dos semanas. Los casos más graves de síndrome de abstinencia adulto y de síndrome de abstinencia neonatal pueden llegar a terminar con la muerte de la persona.
Tratamiento del síndrome de abstinencia
El tratamiento del síndrome de abstinencia dependerá de la gravedad de los síntomas que se presenten. Si se trata de una sintomatología leve el tratamiento puede hacerse de manera ambulatoria, pero si se trata de un cuadro grave es posible que se requiera el ingreso de la persona. Dependiendo de la sustancia que se haya consumido se administrarán o no determinados medicamentos. Por ejemplo, en el caso del síndrome de abstinencia del cannabis no existen fármacos específicos; pero en el caso del alcohol los síntomas suelen tratarse con benzodiacepinas, antipsicóticos, antiepilépticos, anestésicos y agonistas alfa-adrenérgicos. Esto se debe a que el tratamiento del síndrome de abstinencia es paliativo, es decir, lo que se busca es minimizar el impacto de los síntomas mientras dure.
No obstante, no en todos los casos se trata el síndrome de abstinencia con medicación. En muchas ocasiones lo que se recomienda es simplemente que la persona permanezca en un lugar seguro y tranquilo, con un bajo nivel de estimulación para evitar que se dispare la intensidad de los síntomas. Esto puede hacerse proporcionando a la persona una habitación con poca iluminación y silencio, realizando visitas frecuentes para calmarla y reorientarla siempre que sea necesario. Cuando los síntomas son menos intensos la intervención puede reducirse a una o varias sesiones de psicoeducación (en las que se informa a la persona sobre el funcionamiento del síndrome de abstinencia) y pautas de actividad como la realización de ejercicio físico.
Conclusiones
Los síntomas del síndrome de abstinencia resultan tan desagradables que son uno de los principales motivos de recaída. Es fácil que, aunque la persona se encuentre motivada inicialmente, las sensaciones del síndrome de abstinencia vuelvan a fomentar la búsqueda de la sustancia. Sin embargo, hay que recordar que las recaídas forman parte del proceso del trabajo en adicciones. Es difícil abandonar una droga al primer intento, pero es algo que con el trabajo necesario se puede lograr.
Por eso resulta especialmente importante que este trabajo se haga de manera multidisciplinar; es decir, que se cuente con el apoyo coordinado de profesionales de diferentes especialidades para tratar de proporcionar a la persona la atención más completa posible.
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Ayuda en adicciones
Las drogodependencias son problemáticas complejas que afectan no sólo a las personas que las sufren, sino que frecuentemente también terminan por implicar a las personas de su entorno cercano. Las adicciones pueden causar mucho sufrimiento e impotencia ya que están rodeadas de mitos. Frecuentemente se considera que el consumo es una cuestión de “vicio” y que abandonarlo depende simplemente de tener “fuerza de voluntad”. Sin embargo, cuando la adicción está instaurada puede resultar muy complicado dejar la sustancia por iniciativa propia. En la drogodepdendencia, al igual que en muchos otros problemas, querer no es necesariamente poder.
Por eso, en Avance Psicólogos colaboramos con un equipo que incluye tanto profesionales de la Psicología como de la Psiquiatría. La terapia en adicciones se puede llevar a cabo de manera individual o con la colaboración de miembros de la familia o el entorno cercano. Te ofrecemos nuestros servicios de terapia tanto por videollamada (desde tu propio hogar) como de manera presencial en nuestros centros de psicología en Madrid centro. Si necesitas ayuda profesional sólo tienes que ponerte en contacto con nuestro personal por llamada o mensaje y te asignarán al especialista que mejor se ajuste a tus necesidades.
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