Síndrome de Münchhausen o Trastorno Ficticio: ¿qué es?. Se trata de un trastorno psiquiátrico caracterizado por la simulación de una enfermedad física o psicológica, con la intención de atraer la atención de los médicos y de quienes le rodean. Toma su nombre del Barón de Münchhausen, un personaje excéntrico, famoso por contar historias fantásticas que nunca le habían sucedido.
Síndrome de Münchhausen o Trastorno Facticio: ¿qué es exactamente?
Se diferencia de la hipocondría y de los trastornos somáticos en que en estos no se fingen síntomas, si no que se da la creencia de que se padece una enfermedad a la que se teme y se acompaña de angustia y elevada preocupación. En el síndrome de Münchhausen, el enfermo detalla toda clase de síntomas, lo que dificulta el diagnóstico y lleva a que se le realicen innumerables pruebas médicas, que no hacen sino reforzar el trastorno.
Su necesidad de sentirse enfermo frente a los demás, como modo de autoafirmación desde un rol sufriente que atrae la atención sobre su persona. Le lleva en ocasiones a autoadministrarse medicamentos que le provoquen ciertos síntomas o a provocarse heridas y cortes. La mentira patológica, con rasgos de masoquismo narcisista, se encuentran presentes en este síndrome complejo y delicado, ya que el hecho de fingir no resta sufrimiento en quien la padece. Debe diferenciarse del «Síndrome de Münchhausen por poder», del que hablaremos a continuación.
El Síndrome de Münchhausen por poder
Considerado como maltrato infantil, el síndrome de Münchhausen por poder se refiere a la llamada de atención que hace uno de los padres, habitualmente la madre, fingiendo la enfermedad de su hijo, ante la cual expresa y manifiesta una conducta abnegada y de total atención hacia su hijo. Esto lleva a multitud de pruebas médicas, muchas veces dolorosas y con efectos secundarios perjudiciales sobre el o la menor.
Dada la dificultad para diagnosticar este síndrome, muchas veces pasa desapercibido, por lo que el niño sufre este maltrato, en un «peregrinaje»de hospital en hospital sin que se lleguen a atender las causas reales. Es recomendable en estos casos la asistencia psiquiátrica profesional.
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