La sexualidad humana es una parte fundamental de la vida, pero también puede verse afectada por diversos trastornos sexológicos que impactan el bienestar y la calidad de las relaciones íntimas. Estos problemas pueden tener origen psicológico, fisiológico o una combinación de ambos, y en muchos casos requieren la intervención de un sexólogo o sexóloga para su tratamiento.
A continuación, exploraremos los trastornos sexológicos más habituales, sus síntomas y cómo pueden abordarse con terapia especializada.
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Índice
¿Qué es la sexología y cuál es su función en el tratamiento de trastornos sexuales?
La sexología es la disciplina científica que estudia la sexualidad humana desde un enfoque multidisciplinar, abarcando aspectos biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Su aplicación va más allá de la terapia sexual, incluyendo la educación, la investigación y la mejora de la experiencia sexual.
Dentro del campo de la salud, la terapia sexológica se enfoca en tratar trastornos sexológicos que afectan el deseo, la excitación, el orgasmo o el comportamiento sexual. Ahora, veamos cuáles son los más comunes.
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Los trastornos sexológicos más habituales
Estas son varias de las alteraciones de la salud y el bienestar que llevan a los pacientes a citarse con un sexólogo o sexóloga.
1. Eyaculación precoz
La eyaculación precoz es uno de los trastornos sexuales más frecuentes en hombres. Se caracteriza por la falta de control sobre la eyaculación, que ocurre en pocos segundos o minutos tras la estimulación sexual. Puede tener causas psicológicas (ansiedad, estrés, inseguridad) o biológicas.
2. Disfunción eréctil (impotencia masculina)
La disfunción eréctil consiste en la dificultad para lograr o mantener una erección el tiempo suficiente para mantener una relación sexual satisfactoria. Puede deberse a factores psicológicos, enfermedades cardiovasculares, problemas hormonales o efectos secundarios de medicamentos.
3. Fetichismo
Tener fetiches sexuales no es algo necesariamente malo, pero en algunos casos este fenómeno llega a ser patológico siendo considerado un tipo de parafilia.
Normalmente, esto ocurre cuando las preferencias sexuales de la persona son tan concretas y específicas que no puede satisfacer esa clase de gustos con la regularidad deseable, o bien cuando ese fetiche comporta el sufrimiento físico o emocional de personas directamente afectadas por esto.
Por ejemplo, el hecho de disfrutar del sexo solamente cuando se realiza en situaciones de riesgo puede ser motivo de consulta.
4. Vaginismo
El vaginismo es la contracción involuntaria de los músculos perineales, ubicados en la vagina, durante la penetración. Esto impide el coito, o lo hace doloroso.
5. Dispareunia
La dispareunia, llamada también coitalgia, es una categoría que abarca diversas formas de malestar y dolor físico durante el coito, o justo antes o después. Por otro lado, el coito doloroso puede afectar tanto a hombres como a mujeres.
6. Trastorno del deseo sexual hipoactivo
El trastorno del deseo sexual hipoactivo consiste en la ausencia de deseo sexual durante periodos largos, debidos normalmente a experiencias pasadas o problemas en otros ámbitos de la vida. Resulta especialmente común en mujeres.
7. Trastorno de la excitación sexual femenina
Consiste en la imposibilidad de llegar a niveles altos de excitación sexual por parte de algunas mujeres, lo cual también genera una insuficiente lubricación en la vagina.
8. Parafilias y trastornos del comportamiento sexual
Algunas parafilias pueden considerarse trastornos sexológicos cuando interfieren con el bienestar de la persona o afectan a terceros. Entre las más comunes están:
- Voyeurismo: obtener placer sexual observando a personas sin su consentimiento.
- Exhibicionismo: necesidad de exhibir los genitales en público para lograr excitación.
- Frotteurismo: excitación sexual al rozar o tocar a personas sin su consentimiento.
- Sadismo y masoquismo extremos: necesidad de causar o recibir dolor extremo para alcanzar el placer.
- Urofilia y otras prácticas compulsivas: dependencia de ciertas prácticas (como la orina) para la excitación sexual.
9. Traumas sexuales
Las personas que han sufrido abusos sexuales o experiencias traumáticas pueden experimentar bloqueos en su vida sexual, ansiedad o evitación del contacto íntimo. La terapia especializada ayuda a abordar estos traumas de manera progresiva.
10. Inseguridades por homofobia o transfobia
Las consecuencias de la discriminación contra colectivos LGTBI pueden hacer que muchas personas tengan una relación conflictiva con su manera de vivir el sexo, se avergüencen de sus gustos y preferencias, o no sepan qué quieren o qué pueden esperar de esta faceta de sus vidas.
11. Trastorno orgásmico femenino
Estadísticamente, la anorgasmia es uno de los problemas más frecuentes que experimentan las mujeres. Consiste en la baja intensidad o el retraso excesivo en la aparición del orgasmo.
12. Trastorno orgásmico masculino
La anorgasmia también puede darse en hombres. También aquí cuesta mucho llegar al orgasmo, o este es poco intenso.
13. Traumas psicológicos
El haber sido víctima de una violación o de abusos sexuales muchas veces genera secuelas en muchos aspectos de la vida, siendo la sexualidad uno de los más afectados. Por ello, el trauma psicológico es uno de los trastornos que precisan de la atención de un sexólogo o sexóloga.
14. Adicción al sexo y a la pornografía
En algunos casos, se desarrolla un trastorno sexual por el cual se desarrolla una necesidad incontrolable de realizar acciones sexuales, lo cual muchas veces interfiere con otros ámbitos del día a día: la adicción al sexo, a la pornografía o a la masturbación pueden, por ejemplo, producir problemas amorosos, laborales, etc.
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15. Impotencia masculina
Este es uno de los problemas más habituales en hombres: los problemas para alcanzar la erección. Normalmente tiene una raíz psicosexual, más que biológica.
16. Fobias sexuales
Ciertos tipos de fobias pueden dañar significativamente la capacidad de desarrollar una sexualidad plena. Por ejemplo, el miedo a estar desnudo, o la fobia al coito, limitan mucho. Afortunadamente, este tipo de trastornos de ansiedad responden bien al tratamiento por parte de sexólogos con formación en psicoterapia.
¿Cómo tratar los trastornos sexológicos?
El tratamiento de los trastornos sexológicos depende de su origen y gravedad. Algunas de las opciones incluyen:
- Terapia sexológica y psicológica: Aborda los factores emocionales y psicológicos que afectan la sexualidad.
- Ejercicios y técnicas de reentrenamiento sexual: Como la técnica del «stop-start» para la eyaculación precoz o los ejercicios de Kegel para el vaginismo.
- Medicación y tratamientos médicos: En casos donde el problema tenga un origen fisiológico, se pueden recetar tratamientos hormonales, fármacos o dispositivos específicos.
- Educación y asesoramiento sexual: Para mejorar la comunicación en pareja y desmitificar creencias erróneas sobre la sexualidad.
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Referencias bibliográficas:
Diamond, Milton (2004). Sex, gender, and identity over the years: a changing perspective. Child and Adolescent Psychiatric Clinics of North America. 13 (3): 591–607.
Ellis, A. (2008). Psychology of Sex. Read Books.