El vaginismo es una de las alteraciones que aparecen de manera más habitual en el ámbito de la sexología; y por fortuna, también es una de las que pueden ser tratadas más eficazmente.
Por eso, en este artículo veremos cuáles son las características de esta disfunción sexual, analizando sus síntomas, posibles causas y tratamiento.
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Índice
¿Qué es el vaginismo?
El vaginismo es una disfunción sexual que se plasma en un espasmo muscular involuntario que afecta a las mujeres cuando intentan experimentar una penetración, y que mediante la contracción de los músculos del interior de la vagina, hace que esta sea imposible o que duela. Forma parte de la categoría de los trastornos de dolor sexual, entre los que también destaca la dispareunia.
Debido a sus características, las mujeres que sufren vaginismo tienen problemas para realizar el coito, aunque no se ven impedidas a la hora de alcanzar el orgasmo, porque esta alteración no impide experimentar la respuesta sexual al estimular otras partes del cuerpo.
Normalmente, las causas del vaginismo son de carácter psicológico, o bien hay una combinación de causas psicológicas y orgánicas; son pocas las ocasiones en las que el elemento que desencadena esa contracción involuntaria es únicamente tratable desde la medicina y no desde la psicoterapia.
Un ejemplo de vaginismo con causas principalmente psiológicas lo tenemos en una mujer que, tras sufrir un trauma relacionado son el sexo, nota que empieza a dolerle la realización del coito, tras haber estado años sin notar problemas de este tipo durante las relaciones sexuales. En cambio, un ejemplo de causas orgánicas y psicológicas combinadas lo podemos ver en una mujer que, al no haber experimentado el coito nunca y tener el himen cubriendo por completo el canal vaginal, desarrolla una reacción basada al miedo al dolor, anticipándolo y haciéndole evitar la penetración en el último momento (durante una relación seual o durante la masturbación).
Esta es una afectación relativamente frecuente entre las mujeres; se estima que afecta a entre un 0,5 y un 15% de estas, a nivel global.
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Síntomas principales
La sintomatología principal del vaginismo se expresa fundamentalmente durante los encuentros sexuales, y en algunos casos también durante las examinaciones pélvicas, el uso de tampones y/o la masturbación con penetración. Así pues, lo que define al vaginismo es que ocurre más allá de la voluntad de la mujer (la contracción de los músculos de las paredes de la vagina tiene lugar de forma involuntaria) y el hecho de que entorpece las relaciones sexuales y, en algunos casos, otras acciones que tienen que ver con la setisfación sexual o la anticonceptción y la salud.
Tipos
Los principales tipos de vaginismo son los siguientes.
- Vaginismo primario: si se da este tipo de vaginismo, el dolor y/o la imposibilidad de experimentar la penetración siempre han estado presentes.
- Vaginismo secundario: a diferencia de lo que ocurre en el caso anterior, en este tipo de vaginismo los problemas aparecen tras una etapa en la que la mujer no ha tenido problemas durante la penetración.
- Vaginismo global: en esta variante del vaginismo, los problemas surgen siempre que se intenta introducir algo en la vagina.
- Vaginismo circunstancial: sus síntomas aparecen casi únicamente durante las relaciones sexuales, debido a las implicaiones psicológicas de tener un encuentro íntimo con otra persona. No aparece durante la masturbación ni en el momento de aplicar tampones u otros recursos anticonceptivos. Puede expresarse o no durante las revisiones médicas.
¿En qué consiste el tratamiento del vaginismo?
Tal y como hemos visto, en la mayoría de los casos el vaginismo tiene unas causas de naturaleza fundamentalmente psicológica: miedos ante la idea de tener sexo, inseguridades con el propio cuerpo, temor a que la penetración vaya a doler, etc. Por eso, la intervención a través de la sexología suele enfocarse en la resolución de este tipo de conflictos emocionales que desencadenan la contracción muscular a causa de la ansiedad. En algunas situaciones se recomienda la combinación de estos procedimientos psicoterapéuticos con un tratamiento de tipo médico, como por ejemplo la toma de pastillas; solo en situaciones muy raras y excepcionales es necesario realizar una intervención quirúrgica.
Así pues, veamos a continuación cuáles son las opciones de tratamiento psicológico del vaginismo. Ahora bien, cada caso es único y la terapia siempre ofrece soluciones personalizadas, por lo que las estrategias que veremos aquí son únicamente referencias para hacerse una idea de las formas de intervención más usadas.
- Psicoeducación: se informa a la paciente acerca de lo que le ocurre y se le dan consejos generales, así como un pronóstico para despejar sus dudas y tranquilizarla ante sus miedos.
- Entrenamiento en ejercicios de control de los músculos de la zona afectada: son fundamentalmente técnicas de control del piso pélvico.
- Entrenamiento en la inserción gradual de objetos de la vagina: se asesora a la mujer para que sea capaz de insertar elementos cada vez más grandes en su vagina, hasta que se logre la meta terapéutica, ayudándole a gestionar el miedo y la ansiedad mediante varias técnicas.
- Refuerzo de la autoestima: la autoestima suele estar relacionada con el vaginismo, y por eso se ayuda a la mujer a aceptar su desnudez, las particularidades de su cuerpo y de su manera de vivir el sexo, etc.
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Referencias bibliográficas:
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